Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de horacio:
9
Drama François Vatel es el leal y devoto maestro de ceremonias del arruinado Príncipe de Condé. El aristócrata necesita recuperar el favor del rey Luis XIV (1643-1715) y espera que éste le otorgue el mando de las tropas en una nueva guerra contra Holanda. Por ello, cuando el rey, acompañado de la corte, decide visitar a Condé en su castillo de Chantilly, éste le encarga a Vatel que organice, sin escatimar en gastos, una espectacular recepción ... [+]
27 de julio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuvo que ser un inglés de gran talento como el dramaturgo Tom Stoppard quien dominara el caudaloso argumento de la leyenda de Vatel; sobre el personaje real del maestro de ceremonias del príncipe Condè bajo los tenebrosos, terribles tiempos de la corte del Borbón Louis XVI existen múltiples anécdotas que conformaron legendarias historias, y no menos legendarios intentos cinematográficos de dar forma humana al apasionante personaje.

Stoppard y Joffé consiguen lo que parecía imposible: intimismo y gran espectáculo para montar un fresco de una época despiadada con sus propias caracteristicas llenas de desparpajo, suciedad y elegancia, sin descuidar notables toques de humor y logrando a la vez una compleja progresión dramática hacia el trágico destino de un ser de valor excepcional.

Además, bajo todo el esplendor pueril y saturado de intrigas de un rey que aspira a iniciar una guerra con exasperante frivolidad, también puede verse la tremenda miseria del pueblo. Nadie se salva, todos están a merced de los caprichos de un poder despiadado, excepto un hombre que se rebela.

Depardieu, una vez más, borda el personaje con una interpretación colosal capaz de establecer una sorprendente armonía entre la valentía, la sensibilidad, el genio y la necesidad de amar.

Uma Thurman, formidable en el melancólico despojo con que encarna la ternura y la sexualidad. Espléndidas composiciones las del perverso Tim Roth, Julian Glover en el torturado por ruina económica y pertinaz gota príncipe Condé, y Julian Sands en el rey, un tipo insoportablemente irónico y todopoderoso al servicio de sí mismo.

El maestro Morricone crea una banda sonora singular perfectamente ensamblada con las orquestaciones de la época. Y qué decir de la trepidante realización de una producción muy costosa que no ha descuidado ningún detalle.

En un momento crucial de la película, el buen Vatel sugiere un cambio a la bella entre las bellas, le indica un camino en la tierra parecido al paraíso que ella merece; le da las señas de un mundo nuevo donde podrá ser ella misma y saborear en paz unas cerezas desconocidas. En esta situación los creadores de la película definen la tensión dramática de sus protagonistas.
horacio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow