Realmente, Seagal entró en el nuevo siglo con mal pie. Películas como "El extranjero" o ésta demuestran que el hombre ha perdido la parte de denuncia + violencia que le catapultó a la fama y se ha quedado en el papel de vengador, de karateka insustancial, a lo Jet Li. Como comentan varias personas, es un acierto la grabación en japonés, pero no extraña, porque está producida por Sony (claaaaro). La tecnología empleada es acertada para ser una película de presupuesto bajo. La trama es un poco plomiza, y las escenas de acción "gozan" del efecto-postMatrix. No se la recomendaría a los que les guste Seagal, porque pueden empezar a aborrecerlo con ésta.