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Voto de El Despotricador Cinéfilo:
8
Bélico. Aventuras. Acción En plena Segunda Guera Mundial (1939-1945), John Smith (Richard Burton) es el jefe de un grupo de élite cuya misión es infiltrarse en las líneas enemigas alemanas para rescatar a un general americano, prisionero de los nazis, antes de que lo obliguen a hablar del plan de invasión de Normandía. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2008
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que solo deberían verse de niños, y por tanto disfrutarlas inocente e ingenuamente, más aún si se trata de una película de puro escapismo, al fin y al cabo el cine es el arte más ilusorio que existe y por ello debe maravillarnos continuamente, aunque para ello deba hacer uso de la célebre suspensión de credibilidad.

Siempre he sido muy partidario de películas que consiguen entretener, disfrutar y divertir aunque sean algo increíbles o rocen continuamente la inverosimilitud, pues mi máxima es que toda gratuidad está permitida en aras del espectáculo, un ejemplo muy claro serían los excelentes films de Indiana Jones, porque si una historia está bien contada y sobre todo bien rodada se le perdona todos esos pequeños deslices inverosímiles que nos tragamos con tal de disfrutarla a tope.

Pero ahora bien, cuando una película abusa de la suspensión de credibilidad pierde cualquier crédito posible, lo que vulgarmente se conoce como una fantasmada, a mi este termino tan poco cinéfilo no me gusta, pero si que reconozco que el film desafía (y sobrepasa) continuamente las leyes de lógica más elemental.

La pregunta es ¿se lo permitimos porque la película es brillante, entretenida, divertida y excitante a más no poder haciendo que sus 2 horas y media pasen volando? Pues si fuera aún un niño probablemente se le perdona y se le permite, pero verla con ojos de adultos es terrible porque no haces más que preguntarte el típico ¿cómo es posible que…?.

Porque ¿cómo es posible que con solo una mochila a sus espaldas tengan arsenal suficiente para disponer de docenas de ametralladores, municiones, bombas y explosivos?, ¿cómo es posible que en territorio nazi nadie hable alemán?, ¿cómo es posible y verosimil esa imagen de Clint Eastwood y Richard Burton al más puro estilo Rambo durante 2 horas luchando y disparándoles sin parar?, ¿cómo es posible que los coches y aviones exploten con solo rozarlos?, ¿cómo es posible que en tantas escenas se desafíe la ley de la gravedad?, ¿cómo es posible que disparando una sola ametralladora se elimine a todo un ejercito nazi que ni el propio Terminator?, en fin, como digo, todo sea en aras del espectáculo, y solo por eso, se le perdona.

Y es que en el cine hay un regla de oro no escrita en la cual le permitimos que nos engañe continuamente (siempre en el buen sentido de la palabra) a cambio de que nos ofrezca escapismo, entretenimiento y pasar un buen rato. ¿Es despotricable esto? Pues que caray, yo creo que no, al fin y al cabo su misión y objetivo más primario es entretener, y eso lo consigue con creces.

El Despotricador Cinéfilo
http://www.eldespotricadorcinefilo.com/
El Despotricador Cinéfilo
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