Película con una buena idea que se plasma mal y además con muy bajo presupuesto: el resultado, un fiasco. El tratar de entrar en el mundo interior de un psicópata es algo interesante, plasmando nuevas ideas en el séptimo arte e ilustrando de manera alternativa el por qué de este mal; pero insisto, el resultado que Christian González consigue es paupérrimo. No recomiendo verla.

Frase de la película:
"El siniestro no necesita invitación"