No es que me suelan desagradar este tipo de films destinados a adolescentes que no tengan nada mejor que hacer. El problema es que esta película cuenta con la manida y simple fórmula de agradar a partir de un planteamiento poco arriesgado, construyéndose a través de situaciones requetevistas en multitud de pelis similares.
Esta falta de ideas de alguna manera, se subsana si por un casual, el individuo que se ponga delante del televisor, como fue mi caso, se conforme con ver algunas actuaciones decentes, le encante observar monumentos de ciudades como París y Montecarlo que es adonde nos traslada la historia, y deje pasar por alto el previsible camino que escoge este cuento de hadas que podemos calificar de inofensivo. Inofensivo si, a pesar de que se pone el poquito de moraleja con mucho de querer agradar de manera blandita al personal, algo que puede llevar a algunos a decir que la peli es blanda o un rollo.
En esta historia de amor y viaje, las protagonistas empiezan con que no se llevan bien hasta que determinadas circunstancias hacen que al final congenien entre ellas, busquen su principe azul, se enamoren, éstos se desengañen, luego viene lo de siempre... en fin, que el esquema utilizado es el resultado de copiar de otras cintas de y para adolescentes con el atractivo que puede suponer, poseer ese toque de magia y chispa necesaria para contentar a un público que demande entretenimiento, uno de los fines esenciales del cine.
En definitiva, una película sin mucho que contar pero bastante agradable al tener cierto encanto y ser muy fácil de digerir a pesar de su lineal desarrollo.
Lo que me gusta de esta peli es el hecho de que nadie sabe que el personaje interpretado por Selena Gómez,