Este famoso actor suele ser garantía de buen cine, aunque no siempre es así, como es el caso.
Realmente la he visto más por Miguel Ángel Vivas que por Coronado, pero tampoco el director ha sido capaz de hacer las cosas bien.
Se trata de un profundo drama, pero de esos en los que la lentitud narrativa lo echa todo a perder.
Es un film en el que se nota desde que empieza hasta que termina que no saben cómo llenar los vacíos, así que nos pasamos un buen tiempo viendo al protagonista con cara de póker conduciendo por las calles de Sevilla. Y por muy bonita que sea esta ciudad, preferiría que se centraran con más ganas en la historia del hijo, que se supone que es de lo que va, no de un tío dentro de un coche.
Así que la película falla bastante a la hora de que me pueda interesar la búsqueda de este hombre, cuando el desarrollo es más aburrido que un telediario en plena campaña electoral.
¿A qué vienen tantos planos de José Coronado sin que pase absolutamente nada? ¿Por qué no sucede todo un poco más rápido? La sensación constante es de que la historia daba para diez minutos, pero tenían que llegar a la hora y media. Pues nada, a ver a Coronado conduciendo, andando, corriendo y pensando.
Porque esa es otra, la densidad de diálogos por minuto es inferior a la de "Conan el bárbaro". ¡Hablan muy poco!
Hay algunas escenas, como la de cuando entra a la discoteca, que parecen sacadas directamente de la horrorosa tercera temporada de "Twin Peaks". Varios minutos continuados siguiendo al protagonista en silencio (o solo con ruido de fondo), sin que pase absolutamente nada. ¡Llega a ser desesperante!
En resumen, es un aburrimiento insoportable con el que ya he malgastado demasiado tiempo escribiendo esto.