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España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
3
Intriga. Fantástico Cinco chicas problemáticas se ven obligadas a acogerse a un programa experimental de enseñanza, impartido por la enigmática Madame Duret (Uma Thurman) en el internado Blackwood. Pronto empiezan a mostrar talentos singulares que no sabían que poseían, y a tener extraños sueños, visiones y lagunas de memoria. Cuando la frontera entre realidad y sueño comienza a hacerse demasiado difusa, todas comprenden al fin el motivo por el que han ... [+]
5 de agosto de 2018
36 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a defender esta chapuza de Rodrigo Cortés solo porque sea español y porque le salieran muy bien “Enterrado” y “Luces rojas”. Lo que es malo no se puede justificar ni queriendo ser benevolente.
Este thriller de terror no tiene suspense ni miedo. De hecho, se puede calificar con muchos “no”. No funciona ni como cinta de género ni ya como película, pues aburre. No actúan bien. No tiene coherencia. No entretiene. No aprovecha sus cartas. No asusta. No engancha. Y así podríamos seguir negación tras negación.
Prácticamente nada se puede salvar. Es que tiene tantos fallos que no sé ni por dónde empezar y aun así seguramente me deje algunos en el tintero.
Por ejemplo, Uma Thurman, con ese horrible acento francés (al menos en el doblaje español suena bastante mal y forzado), una gran actriz que lleva años sin hacer nada destacable. Cortés la rescata, le da un personaje interesante, y al final la desaprovecha minimizando su presencia en pantalla y dándole unas motivaciones patéticas y poco creíbles.
El montaje es de aficionado de tercera. He visto cortos en “Youtube” mucho mejor hechos. Los cambios de plano y contraplano están fatal, con fallos de continuidad por doquier (el típico cigarrillo que cambia de mano y postura, por ejemplo). Por no hablar de esos cortes bruscos de una cosa a otra, como si la hubieran hecho con prisas y con la idea de hacer la película lo más corta posible. Ver sección de “spoilers”.
Y eso es otra. Da igual que sea bastante corta, que se hace larga. El argumento tiene menos ritmo que un canto gregoriano puesto con menos revoluciones. Tenemos una presentación de personajes y entorno que dura más de la mitad del film. Y luego arranca y es que tampoco tiene nada que rascar, con lo cual da lo mismo. Llega el final y parece que les entra la prisa. ¡Muy mal, Rodrigo!
Para colmo, ya que no asusta por lo menos podría enganchar por la intriga. Pues bien, lo que pasa en esta residencia es más fácil de prever que el final de “Titanic”. Se ve venir porque te lo dan todo tan mascado que el que no lo averigüe es porque ha visto menos cine que un condenado a cadena perpetua.
Todo eso ya la invalida, pero por si quedara alguna duda de lo mala que es, todavía me faltan dos cosas por comentar, ya para terminar.
Primero: El baile fantasmal. ¿Pero en qué escuela de cine ha estudiado este hombre, por Dios? No se puede pretender hacer una película de miedo y filmar una escena tan ridícula, patética, de vergüenza ajena y de comedia involuntaria. Y luego lo quiere arreglar con el tipo ese que grita, mientras vemos a los otros marcarse un vals por parejas al son de una música de piano con la que ni siquiera se han molestado en hacer una coreografía que tenga coherencia con lo que suena. Una secuencia absolutamente lamentable. Aunque todo lo demás estuviera bien (que no lo está), ya solo por esto no me gusta la película. Está al nivel de la peineta del hombre lobo en “Cursed” o las balas que giran de “Wanted”. A la porra la suspensión de incredulidad. Hasta las peores adaptaciones de serie B de Stephen King logran más credibilidad que esto.
Segundo y último: La fotografía no la ha hecho Janusz Kaminski precisamente. ¡Horror! ¡Espanto! ¡Miedo! Sí, eso es lo que da, pero por lo malo. Vamos a ver, señor Cortés. ¡Esta película no se ve, se sufre! Parece un film audiodescrito para ciegos. No hay luz. Está todo más negro que los pensamientos de “Daredevil”. Si quieres saber lo que es jugar con la oscuridad para dar miedo, aprende de “Los otros” de Amenábar. ¡Qué caramba! Hasta “Nunca apagues la luz” se ve mejor que esto y aprovecha mejor la idea de que haya poca iluminación. Si no quieres mostrar los fantasmas hasta el último momento, vale, pero es que no podemos ver lo demás. Pero Cortés no se conforma con hacer esto tan mal, sino que encima va y contrata a un cámara con epilepsia o Parkinson, porque está todo el rato moviéndose y temblando. ¡Se ve todo muy mal!
En fin, es muy mala. Corto ya, que me he enrollado demasiado, pero es sobre todo porque estoy viendo por ahí unas buenas críticas que, sinceramente, creo que no se merece para nada. Si el director fuera estadounidense ¿hablarían tan bien de la película? Lo dudo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
i42poloj
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