Cuando me leí los libros, estaba claro que eran carne de adaptación al cine o a la televisión. Me alegro de que hayan elegido el formato serie, que permite más tiempo para desarrollar un relato que es bastante largo y que tiene lugar en dos líneas temporales muy separadas.
En esta temporada se nos cuenta el origen del apocalipsis, centrándose en una extraña pareja de aventuras formada por un agente del Gobierno y una niña huérfana objetivo de una siniestra operación médica.
Al principio no me ha gustado mucho que Amy (rubia en las novelas cual niña de "Poltergeist") sea aquí afroamericana. Pero a la hora de la verdad da igual, porque la actriz elegida (una tal Saniyya Sidney) lo hace genial, además de tener una madurez inusual que es propia del personaje original.
Las criaturas del proyecto Noé están muy bien hechas y dan grima. Cronin plantea unos chupasangres peculiares. Por cierto, otro cambio respecto a los libros es que aquí Babcock es una mujer.
La trama de los científicos, con el escocés de "Perdidos" a la cabeza, es tan interesante o más que la parte de los dos protagonistas.
Se nota que no van a hacer una temporada por cada libro, pues se están tomando su tiempo y añadiendo subtramas originales sin prisa. Pero aunque pueda parecer lenta por momentos, los capítulos son muy fáciles de ver y el argumento muy entretenido, incluso con los "flashbacks" de los doce.
Quizás sea porque disfruté mucho los libros (incluso me he leído dos veces los dos primeros), pero la verdad es que me ha gustado bastante.

EDICIÓN: 13 de mayo de 2019.
No vamos a ver cómo sigue la mejor parte de las novelas, porque la han cancelado. Lástima.