Lo mejor de la película es que intenta seguir fielmente la persecución y localización del famoso acorazado alemán. Más de una vez consigue tener un tono casi de documental. Lo peor precisamente es eso. Es muy interesante para los aficionados a la historia bélica, pero dificilmente atrayente para el espectador medio. Supongo que pensando en este último se intenta insinuar una especie de medio romance entre Kenneth More y Dana Wynter para hacerla más entretenida.

No es una película de gran presupuesto, así que gran parte de los combates navales son en realidad escenas de archivo a las que se intercalaban secuencias rodadas en buques de la IIGM todavía en servicio en esos tiempos. Pero esa falta de presupuesto fue aprovechada por el director para centrar la película en el personaje del capitán John Sephard. Me gustó que la historia se centrase en el personaje interpretado por Kenneth More. Un capitán
que actua como coordinador naval de toda la operación de caza del acorazado nazi (El personaje histórico en el que se basa se llamaba Ralph Edwards) y que debe de intentar anticipar los movimientos del vicealmirante alemán Lutjens.

Lo que menos me gustó es que retratasen a Lutjens como el típico nazi fanático. En realidad era un marino bastante competente. Pero ya se sabe que los estereotipos venden. Hay otros errores históricos, pero comparada con otras cintas bélicas de la época, sorprende por su rigurosidad.

Realizada con corrección y con un típico toque británico.