Haz click aquí para copiar la URL
Reino Unido Reino Unido · Birmingham
Voto de Peaky Boy:
8
Drama Tras un divorcio difícil, Lucas, un hombre de cuarenta años, ha encontrado una nueva novia, un nuevo trabajo y trata de reconstruir su relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo empieza a ir mal: un detalle cualquiera, un comentario inocente y una mentira insignificante que se extiende como un virus invisible sembrando el estupor y la desconfianza en una pequeña población. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2012
443 de 475 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mamá, me duele la cabeza, creo que no podré ir hoy al colegio. ¿Cuántas veces habrá oído esa frase una madre, cada vez que se ha acercado con cariño a despertar a su hija? A la hora del desayuno, es la barriga la que se resiente cuando tiene que beberse toda la leche, sin embargo, no parecía molestarle cuando comía todas las galletas de chocolate. De camino, mientras pasean madre e hija de la mano, la pequeña afirma con total convicción, que acaba de ver un precioso poni rosa galopando por la carretera. Y en el colegio, cuando la profesora la descubre repitiendo a voz en grito las palabrotas que ha oído en el patio de los mayores, ella niega rotundamente o dice no recordar haberlas pronunciado. No hacemos caso en esas ocasiones, en las que la imaginación de los pequeños, y la inquietud por lo desconocido, los lleva a explorar nuevas formas de expresión, contemplar las reacciones de los adultos y calcular donde esta el límite de sus acciones.
Ahora, cuando las palabras que salen de la inocente boca de una adorable niña, se unen para formar una acusación terrible contra un adulto, olvidamos los dolores de cabeza imaginarios y los burros rosas, y las aceptamos por ciertas e irrefutables, buscamos el castigo, represalia y condena más implacable posible y, como una avalancha de nieve, nos volvemos más y más poderosos en nuestro avance destructivo. “Los niños nunca mienten”
Thomas Vinterberg, crea un reflejo de la sociedad actual, donde la sobreprotección da paso a una histeria colectiva, fruto de la paranoia y progresiva degeneración o animalización de la raza humana. Desde el primer momento nos mete en la piel de Lucas, un ciudadano modelo, que ha aprendido a separar su fracaso matrimonial, de su vida laboral como docente en una guardería. Los niños le adoran, su hijo quiere mudarse a vivir con él, y una nueva mujer aparece en su vida. Una apacible vida, conseguida durante años de esfuerzo, y que pronto penderá de un fino hilo en el momento en que se disponía a recoger los frutos. La tensión creada por Vinterberg irá en aumento durante la película, haciéndose insoportable por momentos, golpeando al espectador que sentirá desde el principio, que es él mismo el protagonista de esa pesadilla que por lo creíble, se vuelve más intensa. Ritmo lento que juega con una cámara oscilante, y lo suficientemente penetrante para no permitir el aburrimiento en ningún momento.
Brillantemente interpretada por Mads Mikkelsen, que ya se ganó al jurado de Cannes, y Annika Wedderkopp, quien, con su simpática mueca, consigue plasmar la ternura e inocencia, que las exigencias del guión requieren como necesarias.
Peaky Boy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow