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España España · Alcalá De Guadaíra - SEVILLA
Voto de HEIFER:
1
Terror. Drama Cuando Minami es enviado a asesinar a su mentor, Ozaki, que está en medio de una crisis nerviosa, se embarca en una odisea de inexplicables fenómenos que comenzarán con la muerte de Ozaki y la posterior desaparición del cadáver, que lo llevará a conocer los personajes más extraordinarios y vivir las situaciones más sorprendentes... (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo Takashi Miike; de nuevo violencia, yakuzas, estructuras narrativas deliberadamente bizarras, de nuevo provocación, de nuevo ruptura con todo lo que huela a convencional... y de nuevo surge, como con cada obra suya diría yo, una horda de acérrimos seguidores que luchan enérgicamente para defender lo que ellos creen un icono evidente del cine postmodernista. Los defensores del director japonés suelen ver en cada una de sus películas el culmen de la transgresión, la bofetada definitiva a los pazguatos relamidos de Hollywood, un cine único sólo apto para mentes libres de esquemas, una delicia y un homenaje al mundo oriental más extremo, al de la mafia y al de los mangas más pasados de rosca.

Pero claro está, cada vez que hay un cisma de cualquier tipo, cada vez que alguien defiende algo; una idea, un terreno, o un proyecto, es porque alguien lo ataca. Ahí es cuando entra en plano la otra facción. La que husmea en sus películas persiguiendo todo lo bueno que se pregona sobre su cine y termina escandalosamente defraudada. A esta legión de detractores le molesta que las desatinadas ínfulas de transgresión y los fútiles intentos de sorprender del director nipón, sean comparados con los más acertados logros de cineastas como David Cronenberg o David Lynch; les revienta literalmente que un cine tan lleno de vacíos argumentales sea tan laureado cuando ni siquiera se presenta una estética atractiva como compensación. Es esta facción la que representa a la perfección la otra reacción posible al cine de Miike.

Pues bien, si da la casualidad de que casi todos suelen coincidir en que "Gozu" es la película que más lleva al extremo los rasgos de su cine, ya se pueden imaginar que las reacciones en este caso también se radicalizan. Y yo, que con cada film suyo que veo me cambio de bando, también esta vez he radicalizado mi opinión, eso sí, sobre esta película en concreto, no sobre el director, pues ver una de sus películas siempre es una experiencia nueva.

¿Entonces?... Pues nada, decepción absoluta; un argumento atractivo que arranca bien pero a los poquísimos minutos aburre hasta dejarte exhausto y que encima se vale de unos recursos narrativos ridículos capaces de poner de los nervios al más loco del sanatorio. Esta vez yo no he visto el surrealismo que muchos han podido disfrutar, yo he visto puro dadaísmo, pero hasta para hacer algo dadá hay que tener algo de chispa o como mínimo saber a dónde o cómo se quiere llegar. Tan poco claras quedan las intenciones que ni siquiera me ha quedado claro si Takashi pretendía burlarse el mismo post-modernismo o solamente del espectador.

Curiosamente el último plano dura unos dos o tres segundos, y en él sale un japonés mirando a cámara partiéndose el culo. Pues a mí no me gusta que nadie se ría cuando me dejan con cara de imbécil, así que otra vez será. Y que nadie se ofusque, mis directores preferidos también tienen bodrietes.

Nota: 1. Disfrútenla.
HEIFER
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