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Voto de Naran:
9
7,3
8.135
Drama
El día de la Epifanía de 1904 está a punto de empezar una de las fiestas más concurridas de Dublín, la de las señoritas Morkan. Entre los invitados se encuentra Gabriel Conroy, sobrino de las anfitrionas y marido de la hermosa Gretta. Esa noche, los invitados disfrutan de una magnífica velada. Gabriel, muy enamorado de su esposa, observa su emoción cuando suena una antigua canción de amor. De vuelta a casa, Gretta le confiesa un secreto. (FILMAFFINITY) [+]
30 de agosto de 2011
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra póstuma de John Huston (dirigida en silla de ruedas y bombona de oxígeno), adaptación de la historia corta de James Joyce "Los muertos", un relato que escapa del registro del aventurero director: familiar, intimista, con la particular atmósfera de 1904.
Porque lo mejor para despedirse del cine es hacer una película sobre los muertos… aunque todavía estén vivos. Lo sabía, y lo deja saber. A partir del material literario de partida, este relato se descubre como una reflexión sobre la existencia el alma en los objetos, en los sueños, en las palabras, en las imágenes, en los momentos en blanco, en las ilusiones perdidas, en definitiva, en los recuerdos.
Existen dos categorías de espectadores para esta película. El que se duerme, aburrido de una hora de gris costumbrismo decimonónico irlandés, aunque sea intimista y elegante. Y el que se emociona con un final intensísimo y poético, donde se aprecia que la línea que separa a los muertos de los vivos es muy tenue.
Su reparto, en su práctica totalidad irlandés da mayor autenticidad a está película. Actores que transmiten una melancolía y una reposada tristeza que se contagia. Un ambiente cándido, que se torna en desgarrador. El otoño de la vida, evocador y marchito. Ese etéreo aire de nostalgia que desprende cada imagen, cada diálogo… La créme del gafapastismo costumbrista. Triste, melancólica pero sentida, honesta, y una obra maestra. Al menos para mí.
Porque lo mejor para despedirse del cine es hacer una película sobre los muertos… aunque todavía estén vivos. Lo sabía, y lo deja saber. A partir del material literario de partida, este relato se descubre como una reflexión sobre la existencia el alma en los objetos, en los sueños, en las palabras, en las imágenes, en los momentos en blanco, en las ilusiones perdidas, en definitiva, en los recuerdos.
Existen dos categorías de espectadores para esta película. El que se duerme, aburrido de una hora de gris costumbrismo decimonónico irlandés, aunque sea intimista y elegante. Y el que se emociona con un final intensísimo y poético, donde se aprecia que la línea que separa a los muertos de los vivos es muy tenue.
Su reparto, en su práctica totalidad irlandés da mayor autenticidad a está película. Actores que transmiten una melancolía y una reposada tristeza que se contagia. Un ambiente cándido, que se torna en desgarrador. El otoño de la vida, evocador y marchito. Ese etéreo aire de nostalgia que desprende cada imagen, cada diálogo… La créme del gafapastismo costumbrista. Triste, melancólica pero sentida, honesta, y una obra maestra. Al menos para mí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
“¿Que pequeño papel he representado en tu vida? es casi como si no hubiera sido tu marido… para mi tu cara sigue siendo preciosa, pero ya no es aquella por la que Michael Furey dio su vida. La nieve está cubriendo toda Irlanda, cae sobre toda la oscura llanura central, sobre las colinas despobladas, suavemente sobre los pantanos de Allen, y más lejos, hacia el oeste, suavemente, sobre las oscuras y revueltas aguas de Shannon. Uno a uno, todos nos convertiremos en sombras. Es mejor pasar a ese otro mundo impúdicamente, en la plena euforia de una pasión, que irse apagando y marchitarse tristemente con la edad. Cuanto tiempo has guardado en tu corazón la imagen de los ojos de tu amado diciéndote que no deseaba vivir? Yo no he sentido nada así por ninguna mujer, pero se que ese sentimiento debe ser amor. Cae la nieve… cae sobre ese solitario cementerio, en el que Michael Furey yace enterrado… cae lánguidamente en todo el universo, y lánguidamente cae como en el descenso de su ultimo final, sobre todos los vivos… y los muertos”.