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Voto de Condosco Jones:
8
Drama Principios del siglo XX. David Aaronson, un pobre chaval judío, conoce en los suburbios de Manhattan a Max, otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Entre ellos nace una gran amistad y, con otros colegas, forman una banda que prospera rápidamente, llegando a convertirse, en los tiempos de la Ley Seca (1920-1933), en unos importantes mafiosos. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que era las poquitas películas míticas-míticas-míticas que me quedaban de ver. Ha cumplido las expectativas, aunque no de sobra, que ya sabemos cómo se las gasta Leone. Decidí verla en dos tandas, no por falta de tiempo, sino porque creí conveniente que 4 horas seguidas del tirón acabarían dejándome la cabeza como un bombo. En ese aspecto, reconozco que en ningún momento me he aburrido. De hecho el final invita a ver más metraje incluso.

Leone por fin deja el árido desierto y nos lleva al Lower East Side neoyorquino de principios de siglo. El modus operandi del italiano sigue siendo el mismo, es decir, cocinar una trama a fuego lento apoyándose de frases lapidarias, que el poder de las imágenes se impongan a los diálogos y contar con una banda sonora acojonante de manos de Morricone (quién si no) que con su flauta pone los pelos como escarpias (abstenerse los mal pensados).

Por fuera parece la típica película de mafiosos y gansters (moldes tipo 'El padrino' o las de Scorsese) pero para nada, muy a mi pesar. Claro que trata el crimen organizado y las mafias de Nueva York de mediados de siglo, pero es más una película de amor y de amistad, aunque suene un poco cursi esto que digo. El reparto está encabezado por De Niro y a él le siguen James Woods o una jovencísima Jennifer Connelly entre otros. Ahí andan también los cameos de Joe Pesci o Burt Young, los cuales denigran.

Sin lugar a dudas me quedo con la parte de los años 20, aquella en la que se ve el gran puente de Manhattan en construcción. Era la parte más exigente pero Leone es la que mejor afronta. Increíble tanto el trabajo técnico como el de las interpretaciones de Noodles de pequeño. En los 30 se sucede el grueso del argumento y la puesta en marcha de las aptitudes del reparto principal aunque sin demasiados alardes propios de un filme de este calibre. Los 60 significan nostalgia, que acompañada de la BSO de Morricone pone los pelos de punta en alguna que otra ocasión. En el conjunto, apenas se indaga en los chanchullos de los gansters y no resulta todo lo violenta que se nos vendió al principio.

Pero bueno, al contrario que en el resto de su filmografía, Leone juega esta vez de manera formidable con el espectador. Planos que sugieren lo contrario a lo que pensamos, trampas argumentativas, venidas temporales, etc. Confieso que al final se me quedaron algunas dudas en el tintero, por eso he tenido que ver a saltos de caballo los primeros 25 minutos para darme cuenta en realidad del por qué de ese final tan raro, todo hay que decirlo. Bajo mi punto de vista, creo que esta superproducción se merecía un final mejor, algo más épico que tocase nuestra fibra sensible y no que nos plantease un pequeño puzzle para encajar las piezas entre sustancias opiáceas.

Como siempre viniendo de Leone, es una buenísima película aunque le queda mucho camino por recorrer para llegar al sobresaliente.
Condosco Jones
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