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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
10
Cine negro. Intriga. Thriller En la ciudad de Los Angeles un agente de una compañía de seguros (Fred MacMurray) y una cliente (Bárbara Stanwyck) traman asesinar al marido de esta última para así cobrar un cuantioso y falso seguro de accidentes. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2009
33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocurre infinidad de veces que a los 5 minutos de una película dèjá vu, va uno y recuerda el final. Es una auténtica putada. Pero no es excusa para dejar de maldecir a Trueba una y mil veces: a poco que te dejes llevar por su horrible diccionario de "mi cine" (el suyo), encontrarás spoileada la película entera. Ya sabéis... con eso de que Wilder es Dios, va el tío y te la despotrica de cabo a rabo. Aprovecho para desaconsejar, con enjundia, el mayor libro de cotilleos recientes sobre la historia de cine que se ha publicado en España: "Mi diccionario de cine" de Fernando Trueba. Eso sí, en su afirmación de que Wilder es un Dios al celuloide, no me atrevo a rechistar, al menos por lo que a esta película se refiere.

Madre mía...

Peliculón donde los haya. ¿Cine negro? No lo sé. "Perdición" está muy por encima de cualquier género. Es cierto que a la vez que se enfría la relación entre la pareja protagonista, la película se enturbia cada vez más, con la magnífica narración en off de MacMurray, (nadie como él aguanta esos primerísimos planos), la inquietante intervención de Barbara Stanwyck, atractivamente enigmática y más si cabe del grandísimo Edward G. Robinson, siempre al acecho.

Y para derroche de magistralidad: luces y sombras, un juego de contraluces y claroscuros cargados de tensión, con el sudor de MacMurray a cada minuto más insufribles.

Cuando crées que la historia está servida en bandeja y que ya no puede dar más de sí, Wilder sigue repartiendo estopa y alimentando un guión magnífico, sobrado. La trama se complica hasta el no va más pero sin florituras, sufriendo con cada pronunciación sin aliento de la narración genial de la que se hace cargo el protagonista. Y el más difícil todavía, con coherencia.

"Perdición" provoca ansiedad. Y angustia, metiéndose en el pellejo de MacMurray. Con la que se le viene encima...

Edward G. Robinson remacha un trío de actores tremendos, debatiéndose entre dudas como un malabarista tirando al aire pelotas, hipótesis, conjeturas que nos rondarán durante la película entera, hasta el final. Y sin tregua.

Magistral Wilder, por enésima vez. Viva la madre que lo parió.
Valkiria
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