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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
9
Cine negro. Intriga Un agente de la policía de narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro. (FILMAFFINITY) [+]
17 de mayo de 2010
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La entrada de la película es brutal.

El efecto de cámara alejándose de algo raro y el mambo que revitaliza la calle por la que se pasea la pareja protagonista es! es! … Inenarrable. Vedlo.
No se puede empezar con más fuerza.

- En seguida hace acto de presencia un Orson zampabollos, apestoso y xenófobo, con pinta de crápula.

- Luego un Heston disfrazado de mexicano porque le pegan un bigote que le hace todavía pronunciar peor el español con el que se prodiga en cortas frases. Pero lo habla.

- Janet Leigh: asombrosa su manía con entrar en moteles de carretera…

- Entretanto Welles se ceba como un puerco para el San Martín, a Marlene Dietrich (grande) se la resbala y casi mastica un cigarro de su boca despectiva mirándolo con infinito hastío, como a lo que es, un cerdo apestoso.

Todos están en su papel.

Historia policíaca en la que el propio Welles reconoce que se ha hecho viejo de una forma patéticamente prematura.

Con este hombre, cañí donde los haya, tenemos servida otra adoración del cine americano a la flaqueza del hombre ante la botella. Y la historia se sucede mientras el malnacido capitán, en otros tiempos, el magnate Kane, se ahoga en brandy. Amén de la demostración fehaciente de lo que él mismo comenta sobre las fronteras: "las peores historias ocurren al borde de la frontera"... Wellcome a todos to Tijuana.

Insólito el planteamiento por denunciar la corrupción inherente a las fronteras echándose una historia de ida y vuelta y no siempre en única dirección hacia el patio trasero, como ocurre a día de hoy, 50 años después del rodaje de esta cinta, en “Traffic” o en “Babel” (donde los malotes son eternamente los mexicanos y además se colorean en tonos sepia las imágenes… ¿en México? ¡Já!). No. Aquí no. Aquí dan todos asco.

Previsible guión final en algunos momentos, pero tan retorcido que es imposible no caer en la duda sembrada por un cártel de corruptos y un plantel de planos imposibles, profundamente estéticos y tan arriesgados que hasta marean en las escenas de mayor acción e intensidad (Vargas caneando a los mexicanos en el tugurio, tela…). Y al final... el eco... (no siempre la ibas a colar viejo crápula)*.

Massiv attack orgiástico incluido que, vaya,… para el año 58, resulta todo un acontecimiento. Lástima que el imbécil del bigote, Heston, permita que se perpetre la infamia sobre la única víctima inocente de esta historia de ambición y cine tan negro como redondo está Welles.

Absolutamente imprescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Valkiria
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