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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Drama En México, a principios del siglo XX, el humilde cura Nazarín comparte su pobreza con los necesitados que habitan alrededor del mesón de Chanfa. Después de proteger a una prostituta que provoca el incendio del mesón, Nazarín se ve obligado a abandonar el lugar. A lo largo de su camino, sus acciones, determinadas por su concepto de la caridad cristiana, provocarán una serie de conflictos. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2006
82 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realización de Luis Buñuel. Se inspira en la novela homónima (1895) de Benito Pérez Galdós, adaptada por Julio Alejando y el realizador. Se rodó en Méjico en un plazo de tiempo acorde con lo que Buñuel llamaba "la dictadura de las tres semanas". Obtuvo el Premio del Jurado de Cannes y otros premios. Producido por Manuel Barbancho Ponce, se estrenó a finales de 1958 (Méjico). En España se estrenó en 1976.

La acción tiene lugar en Méjico en torno a 1910. Narra la historia de Nazarín (Francisco Rabal), joven sacerdote, que ejerce la caridad cristiana con entrega extrema. Traslada su residencia a una vivienda próxima al mesón de Chanfa, frecuentado por prostitutas, ladrones, truhanes y chulos. Desea acercarlos a la virtud. Conoce a Beatriz (Marga López), bondadosa y despechada, que deja al novio porque la quiere prostituir. También conoce a Andara (Rita Macedo), prostituta, peleona y de buen corazón.

La película constituye una fábula sobre cómo sería la vida de Jesús de Nazaret, si se encarnara en la actualidad, los conflictos que crearía, el enfrentamiento que tendría con la Iglesia, el rechazo que provocaría y su condena a una vida de exclusión, humillación y pasión. La caridad de Nazarín en lugar de provocar efectos positivos, levanta reacciones agresivas, airadas y amenazadoras. Su apego a la verdad le indispone con las vecinas del mesón, que le insultan y humilllan. Más adelante, se ve enfrentado a la Jerarquía eclesiástica, que le expulsa del sacerdocio por conducta inmoral. Su atención a los necesitados ofende a los hipócritas y egoistas. Su honradez irrita a los hampones. Las personas piadosas creen que su conducta oculta una vida disoluta y depravada. Su humildad enfurece a los vanidosos, que le exigen muestras reiteradas de sumisión y sometimiento. El autor se interroga sobre varias cuestiones: la posiblidad de conjugar la piedad con una organización religiosa, la debilidad de del bien (pasivo) frente al mal (activo), la viabilidad de la virtud en el mundo actual, la conveniencia de transformar al bondadoso en revolucionario. La reflexión sobre el último punto contiene, posiblemente, la clave del relato de un Buñuel soñador, político e ideológico. Son escenas memorables la de la moribunda que prefiere el amor terrenal a la salvación eterna, el crucifijo que sonríe a la prostituta, el beso soñado que termina en mordisco, el aspecto de nazareno coronado de espinas de Nazarín, el suicidio y otras.

La música, escasa, reproduce una cautivadora partitura original de Rodolfo Halfter, a la que añade el vals "Dios nunca muere" (Macedonio Alcalá) y el redoble fúnebre de tambores de Calanda. La fotografía extrema la aridez del paisaje y el aspecto miserable de los escenarios. El guión aporta un relato explícito que escandalizó a muchos en su momento. La interpretación de Paco Rabal, primera de 3 colaboraciones con Buñuel, es magnífica. La dirección alcanza la cima de su producción mejicana.
Miquel
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