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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Western Historia de cazadores de búfalos ambientada en las praderas del noroeste de los Estados Unidos a comienzos de 1880. Sandy McKenzie está cansado de cazar búfalos; en cambio, Charlie Gilson, disfruta tanto matando búfalos como indios. A pesar de sus diferencias, siguen cazando juntos. (FILMAFFINITY)
17 de marzo de 2009
33 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Westerns del realizador Richard Brooks (1912-92) (“A sangre fría”, 1967). El guión, del propio Brooks, adapta la novela “The Last Hunt” (1954), de Milton Lott. Se rueda en escenarios naturales de Dakota del Sur (Badlands National Park, Carter State Park y Sylvan Lake) y en platós de MGM Studios. Producido por Dore Schary (“Caravana de mujeres”, Wellman, 1951) para MGM, se estrena el 30-IV-1956 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en tierras de Dakota del Sur, entre junio y diciembre de 1883. El cazador de búfalos Charlie Gilson (Taylor) desea aprovechar las últimas oportunidades de cazar libremente búfalos en las praderas del NO del país, poco antes de su inminente prohibición. En la población de Medicine Rock reúne a un grupo de cuatro hombres al que se incorporan Sandy McKenzie (Granger) como socio, el desollador cojo apodado Woodfoot (pata de palo) (Nolan) y el joven mestizo Jimmy O’Brien (Tamblyn). Más adelante, se une a ellos una joven india (Paget). Charlie, experto cazador, es racista, sádico, machista y da muestras de desequilibrios emocionales y mentales. McKenzie es honesto, honrado, leal y sincero. Se enrola en la operación por haber perdido su rebaño de vacas a causa de una estampida de búfalos. Woodfoot lleva tiempo sin trabajo a causa de su edad y su afición al alcohol. Jimmy acaba de bajar de la reserva india, donde se ha criado, y acepta el trabajo que le ofrece Gilson, que será el primero de su vida.

El film suma drama, crimen, romance y western. Es el primer western de los tres de Brooks (“Los profesionales, 1966” y “Muerde la bala, 1975”). Brooks, uno de los realizadores más liberales de Hollywood de su tiempo, se acerca al género por el interés que siente de denunciar la caza indiscriminada y sin limitaciones, practicada entre 1853 y 1883, de los búfalos del NO. La cabaña de los mismos pasó de 60 millones de cabezas en 1853 a sólo unas tres mil en 1883. La caza intensiva respondía a la utilidad de las pieles del búfalo para la producción de manufacturas. La ausencia de controles se debía a la voluntad del Gobierno de reducir la población de búfalos, que constituían la base de la alimentación de las tribus indígenas, como medio de hostigamiento y debilitación de las mismas. Charlie dice explícitamente: “Un búfalo menos es un indio menos”.

La cinta focaliza la atención dramática en la rivalidad de dos socios expertos, maduros y con intereses comunes. La tensión que se establece entre ellos se extiende a los otros miembros del grupo. La rivalidad, que en ocasiones es estimulante, puede derivar en enfrentamientos violentos, crecientes y destructivos. Las cosas suelen ser así, cuando una de las partes se halla condicionada por impulsos patológicos de difícil control. Los grupos cerrados y aislados, como el del film, son pasto propicio de rivalidades.

(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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