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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Thriller. Drama En un país imaginario que acaba de sufrir una terrible dictadura, viven Paulina Escobar y su marido Gerardo, un prestigioso abogado. Una noche, Gerardo tiene una avería con su coche, pero un hombre se ofrece a ayudarle... (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2006
55 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación al cine de la obra teatral homónima (1991) de Ariel Dorfman. Realizada por Roman Polanski, se rodó en Valdoviño (A Coruña), Meiras (El Ferrol) y Phenix Studios (Billancourt, Francia). Obtuvo 2 nominaciones: al mejor film en el International Fantasy Film Festival y al mejor director en el Independent Spirit Festival.

La acción tiene lugar en Chile en 1992/93. Narra la historia de Paulina Escobar (Sigourney Weaver), casada con un prestigioso abogado, Gerardo (Stuart Wilson), que acaba de ser nombrado para un importante cargo por el presidente Romero, elegido tras la caída de la dictadura militar. Un día de intensa lluvia Gerardo llega a su casa de campo en el coche de Roberto Miranda (Ben Kingsley), médico, que le ha recogido en el camino, al haber quedado varado su coche en la carretera. Por la voz, la manera de respirar y otros indicios, Paulina reconoce en él a quien la torturó y violó durante su detención, en 1977, como sospechosa de activismo democrático.

La película enfrenta a la víctima y al presunto verdugo en un ambiente cerrado y aislado en el que Paulina, presa de un fuerte estrés emocional, recuerda sus sufrimientos de hace 15 años, mientras trata de arrancar de Miranda una confesión. Entre Paulina y Miranda se entabla una lucha feroz y violenta, en la que ella va ganando posiciones, ante la mirada atónita del marido. Miranda lo niega todo, como hizo ella durante su detención; juega sus coartadas, que convencen al marido, pero ella no las acepta al ver que son fruto de un montaje; trata de huir, pero ella lo inmoviliza. El antiguo verdugo convertido en presa y la antigua víctima en disposición de imponer su voluntad crean una situación cada vez más tensa, que evoca la trágica transformación de las víctimas en verdugos (tratada en films anteriores ("Repulsión", "Lunas de hiel") y la necesidad personal de olvidar y ampararse en la Justicia. El castigo es competencia exclusiva de los Tribunales.

La música recuerda la que acompañaba a Paulina durante su tortura, el opus para cuarteto de cuerdas de Schubert "La muerte y la doncella". La partitura original de Vojcieh Kilar intercala pasajes de gran melancolía (sentimientos de Paulina), con marchas marciales amenazantes. La fotografía, del gran Tonino delli Colli resalta los contrastes entre claros y oscuros, luces y sombras, en una atmósfera sombría, con predominio de formas geométricas, evocadoras de una prisión. El guión contiene unos diálogos fluídos y tensos, que dan paso a un desarrollo argumental muy cinematográfico, pese a su raíz teatral. La interpretación de los 3 protagonistas es magistral, especialmente la de Weaver. La dirección se recrea en la exploración de los orígenes de la violencia y en el síndrome que tiende a convertir las víctimas en verdugos.

Dirigida con maestría, la película aporta emoción, tensión y una acertada reflexión sobre la inconveniencia de la venganza personal.
Miquel
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