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8
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Cine negro. Thriller
Frank McCloud (Humphrey Bogart) es un veterano de guerra que viaja a Cayo Largo, en Florida, para visitar al padre (Lionel Barrymore) y a la viuda (Lauren Bacall) de un compañero muerto en combate. Pero su estancia se complica, ya que en su hotel se aloja también una banda de gángsters que, aprovechando una fuerte tormenta, los toman como rehenes. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2010
42 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quinto largometraje de John Huston (1906-87) y último que realiza par la Warner. El guión, de Richard Brooks y John Huston, se basa libremente en la obra teatral “Key Largo” (1939), de Maxwell Anderson (1888-1959) y en un capítulo de la novela “To Have and Have Not” (1937), de Ernest Hemingway (1899-1961). Salvo unas pocas tomas panorámicas, se rueda íntegramente en los platós de Warner Studios (Burbank, CA). Claire Trevor, la simpática Dallas de “La diligencia” (Ford, 1939), gana el Oscar a la mejor actriz de reparto por el papel de Gaye Dawn. Producido por Jerry Wald para la Warner, se estrena el 16-VII-1948 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en el islote Cayo Largo, el mayor del archipiélago coralífero, de más de 1.700 islotes, llamado Cayos de Florida (Florida Keys). El ex mayor Frank McCloud (Bogart), licenciado del ejército tras la finalización de la IIGM y sin familia, llega a Cayo Largo con el propósito de visitar al padre, James Temple (Barrymore), y a la viuda, Nora (Bacall), de George Temple, uno de sus compañeros de armas, amigo y subordinado en la campaña de Italia, muerto en combate durante la durísima batalla de Montecasino (17/I a 19/V de 1944). El padre es propietario del Hotel Largo, que Frank encuentra tomado y secuestrado por una pandilla de gángsters liderada por Johnny Rocco (Robinson), famoso por sus tropelías durante los años de la Prohibición. Frank es un hombre generoso e idealista, pero cansado, decepcionado, desilusionado, solitario y sin ganas de luchar. James, postrado en silla de ruedas a causa de una artritis severa (enfermedad de Luis XVIII), como la que afectaba entonces a Lionel Barrymore, es combativo y temerario. Johnny, un gángster anticuado que se propone por oscuros motivos huir a Cuba con sus esbirros, es cruel, hipócrita, miedoso y cobarde.
El film suma cine negro, drama, thriller, crimen, suspense, enfermedad y mafia. La narración es tensa y en ella tienen gran importancia los diálogos y la expresión corporal. Una parte importante del relato se explica mediante gestos, posturas, miradas, reflejos del rostro y similares. En condiciones de manifiesta desigualdad, se enfrentan James Temple, Nora y Frank McCloud con el grupo de gángsters, desconsiderados, agresivos, cínicos y sanguinarios. Mientras la actitud de James Temple es valiente, franca y temeraria y la de Nora es clara y terminante, la de Frank evoluciona con lentitud desde posturas pasivas y de silencio consentido a otras más activas. El enfrentamiento va subiendo de tono en un crescendo que Huston administra con habilidad. De las burlas, las palabras injuriosas y las actitudes humillantes, el relato deriva hacia hechos físicos (bofetadas, arañazos, empujones...) y hacia hechos más graves que llevan el ambiente a una situación extrema.
La acción dramática tiene lugar en el islote Cayo Largo, el mayor del archipiélago coralífero, de más de 1.700 islotes, llamado Cayos de Florida (Florida Keys). El ex mayor Frank McCloud (Bogart), licenciado del ejército tras la finalización de la IIGM y sin familia, llega a Cayo Largo con el propósito de visitar al padre, James Temple (Barrymore), y a la viuda, Nora (Bacall), de George Temple, uno de sus compañeros de armas, amigo y subordinado en la campaña de Italia, muerto en combate durante la durísima batalla de Montecasino (17/I a 19/V de 1944). El padre es propietario del Hotel Largo, que Frank encuentra tomado y secuestrado por una pandilla de gángsters liderada por Johnny Rocco (Robinson), famoso por sus tropelías durante los años de la Prohibición. Frank es un hombre generoso e idealista, pero cansado, decepcionado, desilusionado, solitario y sin ganas de luchar. James, postrado en silla de ruedas a causa de una artritis severa (enfermedad de Luis XVIII), como la que afectaba entonces a Lionel Barrymore, es combativo y temerario. Johnny, un gángster anticuado que se propone por oscuros motivos huir a Cuba con sus esbirros, es cruel, hipócrita, miedoso y cobarde.
El film suma cine negro, drama, thriller, crimen, suspense, enfermedad y mafia. La narración es tensa y en ella tienen gran importancia los diálogos y la expresión corporal. Una parte importante del relato se explica mediante gestos, posturas, miradas, reflejos del rostro y similares. En condiciones de manifiesta desigualdad, se enfrentan James Temple, Nora y Frank McCloud con el grupo de gángsters, desconsiderados, agresivos, cínicos y sanguinarios. Mientras la actitud de James Temple es valiente, franca y temeraria y la de Nora es clara y terminante, la de Frank evoluciona con lentitud desde posturas pasivas y de silencio consentido a otras más activas. El enfrentamiento va subiendo de tono en un crescendo que Huston administra con habilidad. De las burlas, las palabras injuriosas y las actitudes humillantes, el relato deriva hacia hechos físicos (bofetadas, arañazos, empujones...) y hacia hechos más graves que llevan el ambiente a una situación extrema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por un lado, el film explora la miseria moral, la ausencia de principios y la crueldad que habita en el espíritu de los malhechores, alimentadas por una conciencia contenida de desesperación, porque los viejos tiempos no volverán, los antiguos métodos no sirven y la experiencia acumulada no les garantiza la supervivencia. Su futuro inmediato es la fuga permanente, la prisión o la muerte. Por otro lado, el film analiza las secuelas de la guerra en el ánimo de una persona generosa e idealista, que ve con estupor que su esfuerzo para cambiar el mundo, defender la libertad y hacer posible la igualdad y la solidaridad, ha sido vano en muchos aspectos y en medida superior a la soportable sin sentimientos de fracaso. Como dice Frank dos veces, él luchó y George luchó y murió por un mundo en el que no cabían los Johnny Rocco.
El enfrentamiento deviene batalla sin cuartel entre un grupo de cinco mafiosos y un solitario Frank, movido a luchar, como sus oponentes, a impulsos de los instintos de supervivencia. La escena final, en el interior de una lancha de pesca a motor recoge los conocimientos marineros del novelista, ganador del Nobel y el Pulitzer, Hemingway. La escena es memorable por ser de puro suspense y ofrecer un nivel de tensión pocas veces conseguido.
Gaye Dawn, una cantante maltratada y derrotada por la soledad y el desamparo, constituye una pieza clave dentro del relato. Encarna su propia derrota, la de Johnny a manos de un mundo en proceso imparable de cambio al que no se sabe adaptar y la de Frank que no acepta haber hecho un esfuerzo inmenso en vano. La historia es un cuento de desplazados, marginados y perdedores sin futuro. Los tres personajes (Johnny, Frank y Gaye) son víctimas por igual. Como tales se enfrentan desesperada e inútilmente. La guerra entre ellos pone de manifiesto las dimensiones del sinsentido de sus vidas y la hondura de sus tragedias.
Son escenas memorables la del baño de Johnny con un puro en la boca, la de su afeitado a la navaja, la de la ira que levanta a James de la silla, la canción de Gaye por un vaso de whisky, etc. También son memorables la interpretación de Robinson y el duelo actoral ente él y Bogart.
La banda sonora, de Max Steiner, es orquestal y solemne. Trasmite fuerza a las situaciones y engendra en el espectador sentimientos dramáticos y de tensión. Como música añadida, ofrece la canción a capela “Moanin’ Low” (Rainger y Dietz), a cargo de Claire Trevor. La fotografía, de Karl Freund (“Metrópolis”, Lang, 1927), en B/N, crea una atmósfera magistral de tensión y agobio, que apoya con los efectos de la tempestad que mantiene al grupo inmovilizado en el vestíbulo del hotel durante gran parte del metraje.
Bibliografía
- José Luís GARCÍA SÁNCHEZ, “Cayo Largo”, ‘El País’, 1-IV-2005.
- Javier COMA, “Cayo Largo”, ‘Dirigido por’, nº 344, pág. 56-57, abril 2005.
- Marcial CANTERO, “Cayo Largo”, ‘John Huston’, pág. 132-138, Cátedra ed., Madrid 2003.
El enfrentamiento deviene batalla sin cuartel entre un grupo de cinco mafiosos y un solitario Frank, movido a luchar, como sus oponentes, a impulsos de los instintos de supervivencia. La escena final, en el interior de una lancha de pesca a motor recoge los conocimientos marineros del novelista, ganador del Nobel y el Pulitzer, Hemingway. La escena es memorable por ser de puro suspense y ofrecer un nivel de tensión pocas veces conseguido.
Gaye Dawn, una cantante maltratada y derrotada por la soledad y el desamparo, constituye una pieza clave dentro del relato. Encarna su propia derrota, la de Johnny a manos de un mundo en proceso imparable de cambio al que no se sabe adaptar y la de Frank que no acepta haber hecho un esfuerzo inmenso en vano. La historia es un cuento de desplazados, marginados y perdedores sin futuro. Los tres personajes (Johnny, Frank y Gaye) son víctimas por igual. Como tales se enfrentan desesperada e inútilmente. La guerra entre ellos pone de manifiesto las dimensiones del sinsentido de sus vidas y la hondura de sus tragedias.
Son escenas memorables la del baño de Johnny con un puro en la boca, la de su afeitado a la navaja, la de la ira que levanta a James de la silla, la canción de Gaye por un vaso de whisky, etc. También son memorables la interpretación de Robinson y el duelo actoral ente él y Bogart.
La banda sonora, de Max Steiner, es orquestal y solemne. Trasmite fuerza a las situaciones y engendra en el espectador sentimientos dramáticos y de tensión. Como música añadida, ofrece la canción a capela “Moanin’ Low” (Rainger y Dietz), a cargo de Claire Trevor. La fotografía, de Karl Freund (“Metrópolis”, Lang, 1927), en B/N, crea una atmósfera magistral de tensión y agobio, que apoya con los efectos de la tempestad que mantiene al grupo inmovilizado en el vestíbulo del hotel durante gran parte del metraje.
Bibliografía
- José Luís GARCÍA SÁNCHEZ, “Cayo Largo”, ‘El País’, 1-IV-2005.
- Javier COMA, “Cayo Largo”, ‘Dirigido por’, nº 344, pág. 56-57, abril 2005.
- Marcial CANTERO, “Cayo Largo”, ‘John Huston’, pág. 132-138, Cátedra ed., Madrid 2003.