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Voto de Miquel:
8
7,7
4.184
2 de febrero de 2009
79 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film considerado por muchos como la obra mayor de Jacques Becker (1906-60), es su séptimo largometraje (sobre un total de 13). El guión, del propio Becker y de Jacques Companeez, se inspira en personajes y hechos reales. Se rueda, entre el 24/IX y el 22/XI de 1951, en escenarios naturales de Annet-sur-Marne, Meaux (muro de la prisión) y Menilmontant (casa de Lecat) y en los platós de Paris Billancourt Studios (Paris). Nominado a 2 premios Bafta, gana uno (actriz extranjera). Producido por Robert y Raymond Hakim para Speva Films y Paris Films Prod., se estrena el 16-IV-1952 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en el barrio parisino de Belleville, en el río Marne y en la localidad de Joinville-de-Pont (Francia), a lo largo de un tiempo indeterminado, en los años del cambio de siglo (1899-1902). La acción comienza en una apacible tarde de un domingo de otoño. La joven prostituta Marie (Signoret), apodada “Casque d’Or” por la forma de su peinado, el color de sus cabellos y su nacimiento en Orleans, atrae la atención y suscita el interés de muchos jóvenes “apaches”, delincuentes dedicados sobre todo al robo, atracos a mano armada y a la explotación de la prostitución, que proliferan en Paris entre los últimos años del XIX y los años 20. Su novio y rufián es Roland (Sabatier), esbirro de la banda de Félix Leca (Dauphin). Cuando en un baile, Marie conoce a Georges Manda (Reggiani), levanta los celos de Roland y de Leca. Marie es coqueta, alegre, apasionada y sincera. Encuentra en Manda su amor verdadero. Éste, antiguo ”apache” reinsertado, tras cumplir varios años de prisión, se ha puesto a trabajar como carpintero autónomo. Es noble, leal y pundonoroso. Leca es despótico, codicioso, vanidoso, violento y traidor.
El film suma crimen, drama, romance y análisis social. Al realizador le interesa, sobre todo, la exploración de un amor sincero, joven, libre, puro y verdadero, marcado por el destino como imposible y trágico. De la mano del mismo, Becker construye una interesante y detallada descripción de los ambientes populares parisinos y recrea una época singular de cambios ("Belle Époque") que tuvieron en la ciudad su escenario preferido.
Varios proyectos anteriores habían querido llevar al cine la descripción del submundo de los “apaches”, pero todos se habían visto interrumpidos, aplazados o frustrados por causas diversas. Además, el film aporta un análisis preciso y convincente de la amistad. La analiza desde el punto de vista de dos amigos de la infancia, que han compartido experiencias delictivas y la misma celda en prisión durante un tiempo. Al enfrentar amor verdadero y amistad sincera, se plantean preguntas de gran interés con interrogantes sobre las preferencias, la mayor fuerza, la superior nobleza, etc., de uno sobre el otro.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en el barrio parisino de Belleville, en el río Marne y en la localidad de Joinville-de-Pont (Francia), a lo largo de un tiempo indeterminado, en los años del cambio de siglo (1899-1902). La acción comienza en una apacible tarde de un domingo de otoño. La joven prostituta Marie (Signoret), apodada “Casque d’Or” por la forma de su peinado, el color de sus cabellos y su nacimiento en Orleans, atrae la atención y suscita el interés de muchos jóvenes “apaches”, delincuentes dedicados sobre todo al robo, atracos a mano armada y a la explotación de la prostitución, que proliferan en Paris entre los últimos años del XIX y los años 20. Su novio y rufián es Roland (Sabatier), esbirro de la banda de Félix Leca (Dauphin). Cuando en un baile, Marie conoce a Georges Manda (Reggiani), levanta los celos de Roland y de Leca. Marie es coqueta, alegre, apasionada y sincera. Encuentra en Manda su amor verdadero. Éste, antiguo ”apache” reinsertado, tras cumplir varios años de prisión, se ha puesto a trabajar como carpintero autónomo. Es noble, leal y pundonoroso. Leca es despótico, codicioso, vanidoso, violento y traidor.
El film suma crimen, drama, romance y análisis social. Al realizador le interesa, sobre todo, la exploración de un amor sincero, joven, libre, puro y verdadero, marcado por el destino como imposible y trágico. De la mano del mismo, Becker construye una interesante y detallada descripción de los ambientes populares parisinos y recrea una época singular de cambios ("Belle Époque") que tuvieron en la ciudad su escenario preferido.
Varios proyectos anteriores habían querido llevar al cine la descripción del submundo de los “apaches”, pero todos se habían visto interrumpidos, aplazados o frustrados por causas diversas. Además, el film aporta un análisis preciso y convincente de la amistad. La analiza desde el punto de vista de dos amigos de la infancia, que han compartido experiencias delictivas y la misma celda en prisión durante un tiempo. Al enfrentar amor verdadero y amistad sincera, se plantean preguntas de gran interés con interrogantes sobre las preferencias, la mayor fuerza, la superior nobleza, etc., de uno sobre el otro.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No sólo se hace la crónica de unos hechos. También se muestra cómo en el trasfondo de los mismos palpita un mundo sombrío de envidias, celos, venganzas, traiciones, deslealtades, intereses personales, desafectos y odios, que convierten en irrespirable el submundo de los bajos fondos parisinos.
La narración se presenta marcada por la sobriedad, la contención y las elipsis. Los hechos terribles que incorpora el relato (una herida mortal de bala, un asesinato...), se apuntan en sobreentendidos o se sugieren, pero no se muestran directamente en imágenes. Sobresale el uso parco que se hace de la palabra. Los diálogos se reducen a lo esencial. La exposición de los hechos se basa en las imágenes, la visualidad, los ambientes, la gestualidad de los actores, la simbología de los decorados, las expresiones del rostro. No sin razón se ha dicho a veces que el film está hecho más para ser visto y admirado que para ser escuchado.
Discípulo de Renoir y ayudante del mismo en varios rodajes, su apuesta estética se inclina por el realismo poético, que se hace especialmente patente en las escenas de campo (paseo en barca por el Marne), las fiestas colectivas (baile en la terraza de Joinville), las escenas de amor y los recuerdos. Destaca el realismo lírico con el que se componen rápidos y frecuentes primeros planos del rostro de Signoret, con destellos del cabello que le dan un aire de reina, de ángel o de diosa. Acentúa la profundidad lírica de algunos pasajes tristísimos mediante el uso de silencios sobrecogedores y elipsis que provocan la imaginación del espectador.
El relato se inspira en la historia real de Amélie Élie (1879-1933), apodada “Casque d’Or”, Leca y Manda, personajes parisinos que protagonizaron hechos trágicos en los primeros años del s XX. Leca y Manda fueron condenados (1902) a trabajos forzados en la Isla del Diablo, de donde no regresaron.
Las interpretaciones de Signoret y Reggiani son magníficas. La música, de George van Parys (“Madame de...”, Ophüls, 1953), aporta un adecuado complemento de ambientación de época y emociones. El vals a cargo de la orquesta de baile sitúa más allá de la realidad y del recuerdo el amor de los protagonistas. Añade la canción coral “Tiempo de cerezas”, compuesta (1866) por Jean Baptiste Clément y dedicada al amor verdadero. La fotografía, de Robert Lefebvre (“Las maniobras del amor”, Clair, 1955), muestra la excelente ambientación de los espacios interiores (casa de Leca, mueblé, casa de Joinville...). Prefiere los escenarios exteriores y los decorados naturales. Dedica un homenaje a la visualidad del cine mudo, con especial referencia a Erich Von Stroheim (boda en Joinville).
La narración se presenta marcada por la sobriedad, la contención y las elipsis. Los hechos terribles que incorpora el relato (una herida mortal de bala, un asesinato...), se apuntan en sobreentendidos o se sugieren, pero no se muestran directamente en imágenes. Sobresale el uso parco que se hace de la palabra. Los diálogos se reducen a lo esencial. La exposición de los hechos se basa en las imágenes, la visualidad, los ambientes, la gestualidad de los actores, la simbología de los decorados, las expresiones del rostro. No sin razón se ha dicho a veces que el film está hecho más para ser visto y admirado que para ser escuchado.
Discípulo de Renoir y ayudante del mismo en varios rodajes, su apuesta estética se inclina por el realismo poético, que se hace especialmente patente en las escenas de campo (paseo en barca por el Marne), las fiestas colectivas (baile en la terraza de Joinville), las escenas de amor y los recuerdos. Destaca el realismo lírico con el que se componen rápidos y frecuentes primeros planos del rostro de Signoret, con destellos del cabello que le dan un aire de reina, de ángel o de diosa. Acentúa la profundidad lírica de algunos pasajes tristísimos mediante el uso de silencios sobrecogedores y elipsis que provocan la imaginación del espectador.
El relato se inspira en la historia real de Amélie Élie (1879-1933), apodada “Casque d’Or”, Leca y Manda, personajes parisinos que protagonizaron hechos trágicos en los primeros años del s XX. Leca y Manda fueron condenados (1902) a trabajos forzados en la Isla del Diablo, de donde no regresaron.
Las interpretaciones de Signoret y Reggiani son magníficas. La música, de George van Parys (“Madame de...”, Ophüls, 1953), aporta un adecuado complemento de ambientación de época y emociones. El vals a cargo de la orquesta de baile sitúa más allá de la realidad y del recuerdo el amor de los protagonistas. Añade la canción coral “Tiempo de cerezas”, compuesta (1866) por Jean Baptiste Clément y dedicada al amor verdadero. La fotografía, de Robert Lefebvre (“Las maniobras del amor”, Clair, 1955), muestra la excelente ambientación de los espacios interiores (casa de Leca, mueblé, casa de Joinville...). Prefiere los escenarios exteriores y los decorados naturales. Dedica un homenaje a la visualidad del cine mudo, con especial referencia a Erich Von Stroheim (boda en Joinville).