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Voto de Sabino (Diari Menorca):
6
Cine negro. Drama Un policía mata a un corredor de apuestas y le roba 25.000 dólares. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine negro norteamericano, generalmente, ha asumido casi siempre su herencia del relato ‘pulp’ clásico desde la perspectiva individual del eterno detective marginado de la sociedad oficial… Alejado de convencionalismos legales, su intervención protagonista justifica en la trama, muy a menudo, por la ineficacia policial, lo que convierte a los agentes de la ley en los perfectos segundones cómicos del ‘noir’ clásico…Sin embargo, durante la segunda mitad de los años 40, se instaura una corriente dramática cuya mirada parte violentamente desde el interior de la institución oficial… Hablamos del ‘Police Procedural’, subgénero ‘noir’ que exalta el trabajo cotidiano y colectivo de los policías, convirtiendo a todos ellos en paradigma de la eficacia y la resolución desde el más ferviente entusiasmo y el férreo compromiso con la ciudadanía… En definitiva, esta corriente ‘procedural’ invertiría, de una forma radical, la lasciva condición ‘hard boiled’ del policíaco tradicional…
De repente, el policía pasaba a ser un personaje clave, el epicentro argumental de la historia; más allá del ‘outsider’ extraordinario que resuelve el caso desde la sombra, la tenacidad del colectivo policial, su incansable investigación, su arraigo en la monotonía, su insistencia, se convertían en herramientas infalibles contra el crimen …Este imaginario policíaco de idealización también tendría su lado oscuro, pues muchos de ellos sufrían el peso de la responsabilidad y alimentaban una (quizás razonable y justificada) insatisfacción personal y social con su trabajo…El policía puede volverse tan violento como los criminales contra los que lucha o corrupto, cediendo a las tentaciones de su posición o a la abrumadora presión moral de salvaguardar una sociedad regida por el poder económico…El escritor William P. McGivern hizo especial hincapié en esta especie de ‘procedural’ inverso sobre policías corruptos en una serie de relatos publicados a principios de los años 50…
A pesar de la gran cantidad de títulos cinematográficos y los tremendos cineastas que reflejaron esta tendencia, como ‘Brigada 21’ (‘Detective Story’, William Wyler, 1951), ‘Los Sobornados’ (‘The Big Heat’, Fritz Lang, 1953) o nuestra revisitada ‘La Casa Número 322’ (‘Pushover’, Richard Quine, 1954), fue un film menor como ‘Burlando la Ley’ (‘Shield for Murder’, Howard W. Koch, Edmond O’Brien, 1954), basada en la literatura de McGivern, el que se reveló como el más profundo retrato del agente de la ley en el ocaso de su podredumbre ética… Protagonizada y co-dirigida por ese actorazo llamado Edmond O’Brien –uno de los grandes secundarios del Hollywood dorado-, ‘Burlando la Ley’ refleja a la perfección la tremenda posición del policía que pasa de representar como nadie los valores de protección y rehabilitación social – especialmente significativo el elíptico episodio del pasado en el que el teniente detective Barney Nolan (O’Brien) encauza al delincuente que acabará convirtiéndose en su compañero, el sargento Brewster (John Agar) – a asesinar a sangre fría a un corredor de apuestas con el patético propósito de montar un bucólico hogar junto a su novia Patty (Marla English)…
En clara desventaja respecto al detective marginal y sus privilegios al margen de la justicia, la figura del policía corrupto que el teniente Nolan representa exhibe los efectos devastadores de sus frustraciones, tentaciones y dudas interiores en el seno de la ejemplar comisaría a la que pertenece…Desprovisto de la mística detectivesca, pero asegurando un cierto romanticismo, O’Brien sintetiza, mediante su complejo personaje, las inseguridades y veleidades de la Norteamérica pequeñoburguesa de esa época, en contraposición a los ensoñadores días pasados… Un invisible velo neorrealista de poética policial cubre de tragedia esta triste historia, acentuada sobre el personaje del testigo sordomudo y su desconsolado acordeón… La historia del guardián de la justicia adoctrinando al joven descarriado de la calle y que, en una terrible ironía del destino, le convertirá en su compañero, amigo y, of course, en su némesis implacable…Son las insalvables consecuencias del ‘Police Procedural’ inverso…
Sabino (Diari Menorca)
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