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Voto de José (FullPush):
5
7,4
6.011
Animación. Fantástico. Romance. Drama Hace treinta años, Chiyoko Fujiwara fue la estrella más importante del cine japonés, pero, de repente, desapareció. Uno de sus mayores admiradores, el realizador de documentales Genya Tachibana, viaja hasta el apartado refugio de montaña en el que vive para entrevistarla. Una vez allí, entrega a su ídolo de juventud una vieja llave que encontró entre los restos de su antiguo estudio. Como si la llave hubiera abierto las puertas de su ... [+]
19 de abril de 2012
34 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por dar variedad al asunto (qué aburrido no encontrar perfiles enfrentados), no me ha gustado esta obra del, por otra parte, enorme Satoshi Kon. No encuentro en ella su sello inconfundible, su parafernalia visual al servicio de desdoblamientos de personalidad que tienen sus raíces en una psique perturbada, aquí el leitmotiv es de lo más bobo, con perdón. No hay lugar para la magia ni para la fascinación, de veras que no entiendo cómo otros sí se han visto satisfechos, no si comparamos (y comparar está muy feo) esta Millennium Actress con alguna de sus hermanas, véase Perfect Blue, Paprika o la serie Paranoia Agent. Sencillamente le dan mil vueltas, en mi modesta opinión, claro. Digamos que los tintes melodramáticos me dejan totalmente indiferente e impasible, argumentalmente la historia es muy intrascendente (por mucha poesía que se busque) con tanto salto temporal y tanto antojo narrativo que, para mí, sólo se explican por la falta de un algo más sólido que contar (y manda huevos que hable yo de solidez cuando el japonés se considera ya el Lynch del anime, pero es así, si te bajas del carro onírico, del desborde imaginativo, y lo sustituyes por uno más mundano, cabe "exigir" más consistencia, que no porque yo lo intente más me va a llegar más hondo tu mensaje).

Lo intenté y lo intenté. Sin éxito. No me creo el amor; me hastían las opciones narrativas, como he dicho; y visualmente no hay nada de nada que me llame la atención: una corrección que era de esperar del talentoso Kon pero ningún hallazgo que subyugue (lo mejor del filme -el oráculo de la vieja- me retrotrae a pelis como Rashomon u Onibaba, de la primera se coge la idea literal y de la segunda las sensaciones que debiera transmitir, sin éxito). En cualquier caso, debo ser yo, que no tengo alma y esta aventurilla por el tiempo en busca de una sombra de amor eterno que nunca fue amor (eso nace de la entrega, física primeramente, luego espiritual, al otro) me sabe a impostado que te cagas. No me marca. No hay poesía.

"La alta poesía, mirándola de cerca, se compone de tres elementos principales: primero la belleza verbal; después la contemplación y la pintura apasionadas de lo que existe realmente en derredor nuestro y en nosotros mismos, es decir, la naturaleza y nuestros sentimientos, y, por fin, rodeando la obra entera y creando su atmósfera propia, la idea que el poeta se forja de lo desconocido en que flotan los seres y las cosas que evoca, del misterio que las domina y las juzga y que preside a sus destinos" (M. Maeterlinck: Prefacio del autor a "TEATRO", Ed. Aguilar; léanlo completo). Que alguien me diga dónde queda el infinito en esta obra, por preguntar.

Pues no he sido breve...
José (FullPush)
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