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Voto de Wellesford:
10
Acción. Ciencia ficción Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue ... [+]
4 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
George Miller ha filmado la película que habría querido hacer allá por los albores de los ochenta, ese clásico polvoriento de serie B que forma parte de la iconografía cinematográfica de los últimos tiempos. Esta vez contando con un presupuesto generoso (con el que no contaba en aquel entonces) y respaldado por dos intérpretes que se toman muy en serio el argumento distópico al que se enfrentan.
Más allá de la obvia pirotecnia visual, de la testosterona desatada o del adrenalítico ritmo que producen sus imágenes, Miller opta por mimar la puesta en escena de cada uno de los trepidantes actos que conforman una aventura de acción absolutamente homogénea, a pesar de un guión simple pero conciso y coherente. Panorámicas espectaculares (varios planos lo corroboran); ángulos que diluyen la monotonía del paisaje o planos que definen de una tacada el estado de ánimo de cualquier personaje (si fuese muda no perdería un sólo ápice de su intensidad).
La película transpira epicidad, fustigada por la efectiva banda sonora que ensambla rabiosamente con los momentos de intrepidez y con el carisma de los personajes. El dinamismo de su montaje apabulla, impregnado de una poderosa sinfonía audiovisual desde la que sus principales protagonistas intentan redimirse a golpe de volante, polvo y fuego.
Tom Hardy se consagra como estrella, aunque tampoco le hacía falta este protagónico para reafirmar su talento, va a ser uno de los grandes desde ya. El rol de Charlize Theron sorprende por su mezcla de dureza expeditiva y aura melancólica, el personaje mejor desarrollado del filme.
En la sencillez del argumento, Miller ha sido capaz de introducir ciertos aspectos sociológicos que comulgan con nuestra actualidad: se puede dilucidar en su desarrollo el fanatismo religioso que profesan los blanquecinos soldados hacia su líder, dueño del agua (el verdadero y vital tesoro para la existencia); vemos también a un grupo de mujeres en busca de libertad e independencia, diáfana alusión feminista en un entorno emponzoñado de hueca virilidad; pero sobretodo vemos la lucha por sobrevivir en un mundo árido e inhóspito, donde las leyes que antaño regían sobre la Tierra han dado paso a la anarquía... y también a un halo de esperanza personificado en un héroe solitario y lacónico.
Me doy cuenta, al acabar la proyección, de que he visto una gran película, de que ha dejado un poso cinematográfico en la retina, puro cine en el que Miller homenajea sin ningún reparo la icónica persecución que el maestro John Ford plasmó en "La diligencia", allá por el 39 del siglo pasado y sale airoso en el intento. El Mad Max de los ochenta posee la originalidad y la frescura, esta revisitación tiene más ingenio y, sin ninguna duda, es mejor película, una gozada en caballos de potencia.
Wellesford
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