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Voto de Khaledia:
6
6,4
91.203
Drama
Año 30 de nuestra era. En la provincia romana de Judea, un misterioso carpintero llamado Jesús de Nazareth comienza a anunciar la llegada del "reino de Dios" y se rodea de un grupo de humildes pescadores: los Apóstoles. Durante siglos, el pueblo judío había esperado la llegada del Mesías - personaje providencial que liberaría su sagrada patria e instauraría un nuevo orden basado en la justicia-. Las enseñanzas de Jesús atraen a una gran ... [+]
18 de octubre de 2007
185 de 317 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece obligatorio enseñar la patita antes de entrar: yo soy ateo, yo católico pero no practicante, yo agnóstico, yo católico de misa diaria, yo hare krishna... como si primase el deseo imperioso de justificarse o por si el carné de feligrés llenara de razones o diera más derecho a opinar (como se han atrevido a decir algunos). Y es que parece que nos olvidamos que La pasión es una película, no un dogma de fe.
Gibson me produce repelús y admiración a partes iguales. Para lo primero huelga explicación, en cuanto a lo segundo le admiro porque rueda sobre lo que le da la gana y como le da la gana. Y la libertad de creador la aplaudo siempre, además para afrontar un proyecto como éste hay que echarle un par (o ser un temerario). Pero la pasión a veces es muy mala compañera que nos lleva a excesos y a simplezas.
No voy a cargar las tintas amparándome en el gore ni en el antisemitismo, no por dármelas de original sino porque uno es inexistente y absurdo (si es antisemita también lo es la Biblia) y en cuanto a la ultraviolencia -si es necesaria o no- no tengo un criterio claro a pesar de haber discutido conmigo misma en varias ocasiones. Entiendo a los que defienden la crudeza mostrada, alegando que pocas cosas son más salvajes que la tortura sufrida por Jesús de Nazaret, y que reprimirse o dulcificarlo sería hipócrita y contrario al objetivo mismo del film. Además todos estábamos avisados de la carnicería que íbamos a presenciar mucho antes de entrar a la sala. Como también entiendo las acusaciones de sadismo y de regodeo morboso y efectista en la barbarie con el único fin de abrir las carnes y revolver los estómagos del respetable, que no se justifica en modo alguno con el "así fue". La fidelidad a las sagradas escrituras no es óbice para quejarse por el cómo. Al igual que se pude contar la brutalidad de una violación sin incluir un primer plano coital también se puede filmar lo desgarrador del calvario sin inundar las retinas del espectador con la sangre caliente del mártir. Claro que para eso hay que entender el dolor como algo que trasciende lo físico y gozar de talento narrativo y conceptual para llevarlo a cabo, más allá del técnico donde el australiano demuestra con creces que va sobrado.
Mis quejas van por otro lado:
-La aplaudida interpretación de Maia Morgenstern, no me la creo. Nunca vi en ella a María, parece más hermana que madre y su trabajo, loable pero insuficiente, no me hizo obviarlo en ningún momento.
-La Belucci. Todo lo que tiene de guapa lo tiene de mediocre.
-Herodes. Es aberrante. Si se hubiera arrancado con "Se me enamora el alma" nadie hubiera notado diferencia alguna entre él y la Pantoja de Puerto Rico.
-Los soldados romanos. Por momentos pensé que la película mutaría al estilo "Abierto hasta el amanecer". Disfrutaban como enanos, se les caía hasta la baba. Total placer orgásmico vampiresco. Además Mel es un copión, la caracterización de éstos es calcada a la de los trolls de "David, el gnomo".
Gibson me produce repelús y admiración a partes iguales. Para lo primero huelga explicación, en cuanto a lo segundo le admiro porque rueda sobre lo que le da la gana y como le da la gana. Y la libertad de creador la aplaudo siempre, además para afrontar un proyecto como éste hay que echarle un par (o ser un temerario). Pero la pasión a veces es muy mala compañera que nos lleva a excesos y a simplezas.
No voy a cargar las tintas amparándome en el gore ni en el antisemitismo, no por dármelas de original sino porque uno es inexistente y absurdo (si es antisemita también lo es la Biblia) y en cuanto a la ultraviolencia -si es necesaria o no- no tengo un criterio claro a pesar de haber discutido conmigo misma en varias ocasiones. Entiendo a los que defienden la crudeza mostrada, alegando que pocas cosas son más salvajes que la tortura sufrida por Jesús de Nazaret, y que reprimirse o dulcificarlo sería hipócrita y contrario al objetivo mismo del film. Además todos estábamos avisados de la carnicería que íbamos a presenciar mucho antes de entrar a la sala. Como también entiendo las acusaciones de sadismo y de regodeo morboso y efectista en la barbarie con el único fin de abrir las carnes y revolver los estómagos del respetable, que no se justifica en modo alguno con el "así fue". La fidelidad a las sagradas escrituras no es óbice para quejarse por el cómo. Al igual que se pude contar la brutalidad de una violación sin incluir un primer plano coital también se puede filmar lo desgarrador del calvario sin inundar las retinas del espectador con la sangre caliente del mártir. Claro que para eso hay que entender el dolor como algo que trasciende lo físico y gozar de talento narrativo y conceptual para llevarlo a cabo, más allá del técnico donde el australiano demuestra con creces que va sobrado.
Mis quejas van por otro lado:
-La aplaudida interpretación de Maia Morgenstern, no me la creo. Nunca vi en ella a María, parece más hermana que madre y su trabajo, loable pero insuficiente, no me hizo obviarlo en ningún momento.
-La Belucci. Todo lo que tiene de guapa lo tiene de mediocre.
-Herodes. Es aberrante. Si se hubiera arrancado con "Se me enamora el alma" nadie hubiera notado diferencia alguna entre él y la Pantoja de Puerto Rico.
-Los soldados romanos. Por momentos pensé que la película mutaría al estilo "Abierto hasta el amanecer". Disfrutaban como enanos, se les caía hasta la baba. Total placer orgásmico vampiresco. Además Mel es un copión, la caracterización de éstos es calcada a la de los trolls de "David, el gnomo".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
-Flashbacks (excepto uno) desaprovechados.
-La representación del maligno de risa. ¿Sólo yo pensé que iba a ponerse a cantar el "Like a prayer"? O es una ida de olla o un homenaje a Madonna. Y va a ser lo primero.
-Y un gran fallo de documentación histórica. Nuestro amigo Mel se habrá leído la Biblia infinidad de veces, pero no ha abierto un libro de Historia ni por casualidad, por eso desconoce que el hombre de cromagnon se extinguió muchísimos siglos antes del nacimiento de el Mesías. Ese Barrabás (otro troll de "David, el gnomo") compite con Herodes en el ranking de aberraciones.
-Fría, muy fría. Sobrecoge y espanta por cruda y por bestia pero no conmueve, no emociona. Se queda en mero dolor epidérmico, no traspasa, no cala, no perdura.
- Y Judas. Y el cuervo...
Lo más sangrante, y ya es decir, es ver a un Cristo convertido en títere del director, al cual sólo parecen importarle sus llagas lacerantes. Retratar a uno de los personajes más importantes de la historia -el más enigmático y fascinante para la que esto escribe- y hacerlo despojándolo de todo misticismo, arrancándole de cuajo toda espiritualidad y simbolismo quedando un mero guiñol huérfano de cualquier profundidad y matices, es (siendo suave) un error de bulto. A mí no me interesa el cuerpo que sangra y se retuerce de dolor. A mí me interesa el hombre que sangra y se retuerce de dolor. ¿Este es hijo de Dios? ¿Dónde está el terror y la angustia -citado en los evangelios- de Getsemaní? ¿Dónde el padecimiento espiritual y moral? ¿Dónde el mensaje de amor universal?
Hace falta mucho más que una corona de espinas y cuatro frases bíblicas para representar a Cristo. Y si el director hubiera querido mostrar al hombre, al humano ajeno a divinidades, una versión atea al fin y al cabo (que es lo que resulta ésta aunque vaya de purista) haberla titulado "La pasión de Jesús" o "La pasión del hijo de María".
Lo siento Mel, pero yo no comulgo con tus ruedas de molino.
-La representación del maligno de risa. ¿Sólo yo pensé que iba a ponerse a cantar el "Like a prayer"? O es una ida de olla o un homenaje a Madonna. Y va a ser lo primero.
-Y un gran fallo de documentación histórica. Nuestro amigo Mel se habrá leído la Biblia infinidad de veces, pero no ha abierto un libro de Historia ni por casualidad, por eso desconoce que el hombre de cromagnon se extinguió muchísimos siglos antes del nacimiento de el Mesías. Ese Barrabás (otro troll de "David, el gnomo") compite con Herodes en el ranking de aberraciones.
-Fría, muy fría. Sobrecoge y espanta por cruda y por bestia pero no conmueve, no emociona. Se queda en mero dolor epidérmico, no traspasa, no cala, no perdura.
- Y Judas. Y el cuervo...
Lo más sangrante, y ya es decir, es ver a un Cristo convertido en títere del director, al cual sólo parecen importarle sus llagas lacerantes. Retratar a uno de los personajes más importantes de la historia -el más enigmático y fascinante para la que esto escribe- y hacerlo despojándolo de todo misticismo, arrancándole de cuajo toda espiritualidad y simbolismo quedando un mero guiñol huérfano de cualquier profundidad y matices, es (siendo suave) un error de bulto. A mí no me interesa el cuerpo que sangra y se retuerce de dolor. A mí me interesa el hombre que sangra y se retuerce de dolor. ¿Este es hijo de Dios? ¿Dónde está el terror y la angustia -citado en los evangelios- de Getsemaní? ¿Dónde el padecimiento espiritual y moral? ¿Dónde el mensaje de amor universal?
Hace falta mucho más que una corona de espinas y cuatro frases bíblicas para representar a Cristo. Y si el director hubiera querido mostrar al hombre, al humano ajeno a divinidades, una versión atea al fin y al cabo (que es lo que resulta ésta aunque vaya de purista) haberla titulado "La pasión de Jesús" o "La pasión del hijo de María".
Lo siento Mel, pero yo no comulgo con tus ruedas de molino.