Bonito título para un mediocre western de serie más bien C.
No tiene nada de interés, a no ser la participación de una ya madura Maureen O´Sullivan, entrañable compañera de Tarzán (Weissmuller) y, en la vida real, madre de Mia Farrow. Lo hace bastante bien y confiere de dignidad a su positivo personaje. Lo mismo que la también madura Jeannette McDonald.
La historia está tan trillada que nada sorprende, a no ser la rapidez con que el padre de familia muere asesinado, apenas cinco minutos después de entrar al pueblo (sucede al comienzo de la cinta, por lo que no desvelo nada fundamental).
Y es que ya lo dijo Paco Martínez Soria: "la ciudad no es para mí". Ni para él ni para el bueno del granjero de este muy modesto western.
El resto de elementos funciona cansinamente, con unas intentonas de "acercamientos" adolescentes entre chicos y chicas, donde el despertar del amor comienza a florecer en medio de preciosos paisajes.
Paisajes que, lastimosamente, no pude apreciarlos en su verdadera belleza dado que la cadena autonómica, una vez más, no respetó el formato de Cinemascope en la que se rodó el filme. Un acto vandálico más que me pone de los nervios, aunque a veces nos sorprendan respetándolo. Pero eso de ver la magnífica fotografía a todo color en Cinemascope durante los títulos de crédito iniciales y después desaparecer el soberbio formato para pasar a verse en pantalla completa con los colores ya más oscuros y feos, me pone de una mala h…..
Por lo demás, muy poca cosa, aunque al final se puede ver algo positivo, y es el desde el comienzo más que previsible duelo entre los chicos buenos y los malosos que asesinaron al padre. Un duelo que, contra pronóstico, sucede de forma realista y bastante creíble, alejado de la fantasmada de turno. Te lo crees (más o menos). Algo es algo.

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