Buen plantel de estrellas para un film apañado en medios y equipo aunque no en convincción. Es una medio producción del hijo de David Niven que contó con su padre para el elenco y de paso con Roger Moore que a pesar de su caracterización de alemán, parece más inglés que el propio David Niven padre, que ya es decir.

Roger Moore interpreta a un alemán que saluda militarmente y no con el saludo nazi, lo cual explica muchos lances de la película. Como los americanos están invitados aparecen: Stefanie Powers, actriz televisiva de éxito; Richard Roundtree, el famoso Shaft, aquí un poco como de paso, bueno, como todos, porque Claudia Cardinale, otra de las estrellas, tiene un papel testimonial; y Elliott Gould que muy seguramente te preguntes qué pinta ese tío en esta película y de qué va, habrá que esperar un poco para que se centre. También asoma William Holden que debía estar por allí de vacaciones y salió un rato. Y como fichaje local tenemos a Telly Savalas que se esfuerza más por eso de estar en casa.

El argumento patina bastante a pesar de tener un inicio acorde al tema de una base secreta nazi en una isla griega con el objetivo de sabotear la Armada Aliada. Se puede ver tomándola como una aventura en una isla pintoresca con alguna dosis de humor y por el placer del buen aficionado a ver de todo, y más si sale tanto conocido. De todas formas hay cosas que quedan en el aire y seguramente el verdadero valor esté en su finalidad de mero entretenimiento pero con perjuicio del realismo.