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Voto de floïd blue:
8
6,9
47
Comedia
El gordo y el flaco pasan una cruda noche de invierno en compañía de su perrito. El problema que se les plantea es que lo tienen que esconder porque el casero no admite perros en la estancia.
13 de marzo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este tierno mediometraje forma la segunda parte de la película Los calaveras, de la misma fecha, siendo la primera el titulado ¡Be Big!
En el de Be Big, los dos amigos engañan a sus respectivas para en vez de ir a la playa con ellas, asistir a una fiesta que sus colegas celebran en su honor. Descubiertos, sus mujeres se divorcian de ellos.
Así pues acaban en una pensión en compañía de un perrito que tienen escondido porque el casero no admite animales en las estancias. El perrito es uno más, un ser indefenso, un ser vivo con corazón que también sufre, y fuera nieva, y se puede apreciar con tanto decorado de nieve el intenso frío que puede hacer. Que se lo digan a Oli en camisón cuando se cae por la ventana. Sólo un ser odioso puede enviar a un perrito a la calle en una noche como esa. Por eso esta aventura además de cómica se hace más angustiosa.
Una nueva sucesión de desgracias para la pareja, calamidades sin fin, con efectos colaterales para el casero, el caso es que el perrito duerma calentito esa noche, si es que alguien llega a dormir.
En el de Be Big, los dos amigos engañan a sus respectivas para en vez de ir a la playa con ellas, asistir a una fiesta que sus colegas celebran en su honor. Descubiertos, sus mujeres se divorcian de ellos.
Así pues acaban en una pensión en compañía de un perrito que tienen escondido porque el casero no admite animales en las estancias. El perrito es uno más, un ser indefenso, un ser vivo con corazón que también sufre, y fuera nieva, y se puede apreciar con tanto decorado de nieve el intenso frío que puede hacer. Que se lo digan a Oli en camisón cuando se cae por la ventana. Sólo un ser odioso puede enviar a un perrito a la calle en una noche como esa. Por eso esta aventura además de cómica se hace más angustiosa.
Una nueva sucesión de desgracias para la pareja, calamidades sin fin, con efectos colaterales para el casero, el caso es que el perrito duerma calentito esa noche, si es que alguien llega a dormir.