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Voto de Antonio Morales:
7
Comedia Arturo Salazar es un poderoso hombre de negocios que decide emparentarse con la nobleza. Le pide entonces a un amigo aristócrata que le busque una novia de sangre azul. Como resulta que los suegros de su amigo, los duques de Hinojares, están arruinados, cree que la joven Diana podría ser la candidata perfecta. (FILMAFFINITY)
1 de diciembre de 2015
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que Juan De Orduña, es más conocido por sus dramas históricos de cartón piedra, con Aurora Bautista (Locura de amor, Agustina de Aragón y Alba de América), que realizó para la productora CIFESA y para el disfrute de la autarquía franquista, no es menos cierto que, el cineasta siempre manifestó su gran admiración por Ernst Lubitsch y la comedia norteamericana. Con “Ella, él y sus millones” el cineasta filma una divertida comedia loca, sofisticada, elegante y sentimental, que establece muchos puntos en común con la comedia clásica americana.

Adaptando una obra de teatro de Honorio Maura. Criticando solapadamente ese tipo de clase social trasnochada y estrafalaria que era la aristocracia. Hace gala de una gran dirección de actores. Rafael Durán, el galán de moda junto a Josita Hernán que forman una pareja con química en la representación y dicción de sus roles. Con unos secundarios de lujo encabezados por el grandioso e inefable Pepe Isbert con su entrañable humor. Con unos diálogos brillantes, es el reflejo de un modelo de cine con lujosos decorados, en que los personajes visten ropajes suntuosos, actúan como seres estereotipados y viven una serie de enredos fácilmente digeribles.

De Orduña narra con gran oficio, tejiendo una serie de juegos que entronca con el mejor teatro de Miguel Mihura y propone una serie de premisas no excesivamente alejadas de una parábola sobre el camino progresivo de emancipación de la mujer, aunque aquí el cineasta no se atreve a plantearlo claramente dada la época de represión moral. La relación entre una aristócrata arruinada y un nuevo rico emergente, que busca un matrimonio de conveniencia como un negocio más, para introducirse en el mundo aristocrático, sin obligaciones sentimentales ni sexuales. Aunque en el fondo, si prestamos atención, la cosa será muy diferente. Una de las comedias más hábiles del cine de postguerra.
Antonio Morales
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