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Voto de Antonio Morales:
6
Intriga. Cine negro Después de estar a punto de atropellarlo con su taxi, Patti Mitchell (Ann Rutherford), recoge a un cliente que padece amnesia. Al ver que el hombre (Tom Conway) se esfuerza por recuperar la memoria para conocer su identidad, Patty decide ayudarlo en sus pesquisas. Pero cuando las piezas del puzzle empiezan a encajar, el hombre descubre que podría ser el principal sospechoso de un asesinato. (FILMAFFINITY) ... [+]
3 de mayo de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas que realizó Anthony Mann antes de 1950 son poco conocidas entre los aficionados, aunque no por ello menos interesantes. Gracias al DVD se pueden recuperar un puñado de obras de distintos géneros como esta modesta película de intriga en clave de comedia, amena y divertida. Una obra que se acerca enormemente al universo de Hitchcock: el tema del falso culpable, la amnesia, la búsqueda de la identidad por parte del protagonista y la falsedad de las apariencias. La trama gira en torno a un asesinato de un individuo que trabaja en el mundo del teatro, por otro lado los pasos de una atractiva e intrépida taxista, la investigación de un policía de toscos modales, un periodista metomentodo y una pequeña galería de personajes secundarios, alguno de los cuales alcanza relieve en el tramo final.

El comienzo no puede ser más brillante visualmente: en una noche de espesa niebla, un hombre (Tom Comway) camina por una calle hacia el fondo del encuadre, de espaldas a la cámara que sigue sus pasos tambaleantes hasta acercarse a su rostro y del que podemos apreciar su sien ensangrentada, cuando se dispone atravesar la calzada está a punto de ser atropellado por un taxi, y en la charla que mantiene con la taxista, Patty (Ann Rutherford), balbucea, confuso, que no sabe quién es y qué está haciendo en ese lugar. La habilidad del relato es presentarnos situaciones tensas resueltas por la vía del humor. La pasmosa tranquilidad y el desparpajo con que el desconocido y la taxista unen sus esfuerzos, mediante una atracción mutua, para descubrir la identidad del primero y resolver el crimen en que está implicado.

El bajo presupuesto del film se deja notar en la rapidez y la economía de medios con que aparecen descritos los personajes y las situaciones, aprovechando cada instante de sus escasos 70 minutos. Lo que más puede llamar la atención a los que conocemos el cine de Anthony Mann es la presencia casi continua de ese sentido del humor al que me he referido antes, infrecuente en su obra posterior, más severa, dotada incluso de rasgos trágicos; humor que busca interponer cierta distancia con respecto a la trama por medio de los actores y diálogos, como si el cineasta se hubiera propuesto recordar de vez en cuando que se trata sólo de un divertimento, sólo hay que ver y oír las disparatadas y jocosas conversaciones que mantienen el periodista que sigue las pesquisas policiales y su director.
Antonio Morales
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