Me sorprendió, de entrada, que una película de intriga detectivesca se resolviera en poco mas de una hora, mas recordando la serie de Granada TV protagonizada por Jeremy Brett (en la que, para mi gusto, los largometrajes se hacían largos y tedioso y en cambio los episodios tenían un muy buen ritmo), pensé que tampoco tenía eso por qué ser óbice para que el filme mereciera la pena, pues no dejaba de estar basado en un serial.

Curiosamente, mi prejuicio resultó equivocado por el aspecto contrario. A ratos la acción se paraliza en la observación insulsa de estampas totalmente cotidianas, para luego añadir detalles contados de viva voz, detalle bastante chusco en una narración de este tipo. Podemos concluir que, en general, la manera de contar la historia no es excesivamente brillante, aunque tampoco lamentable.

El reparto hace lo que puede, siendo de lo mas destacable del filme. Poco se puede hacer con una trama en la que los grandes hallazgos resultan intrascendentes y las gracietas únicamente se basan en muecas y en personajes bastante ridículos. Son personajes bastante planos en su práctica totalidad, siendo la pseudo-relación entre la profesora Withers y el inspector Pipers el único atisbo de humanidad entre todos ellos.

Sirve para pasar el rato, pues tampoco es tan rematadamente mala que te expulse violentamente del asiento. Se podría decir, quizá, como resumen de todas sus virtudes y sus defectos, que es una película bastante intrascendente.