Ciñéndome estrictamente a la historia, la parte dramática de ella es interesante y en ocasiones desgarradora como una ópera. La narración de un chico de origen humilde que llega a la alta sociedad y se acomoda de tal forma que sólo ambiciona mantenerse sin hacer caso a los verdaderos impulsos de un corazón que se acobarda ante la inercia de su vida, y el saber hasta donde puede llegar para conservar su status; me gusta y me atrae.

Habrá quien la moraleja sobre la suerte con el simil entre la pelota en la pista de tenis y el anillo en el puente (dónde sí que vemos hacia qué lado cae) le parezca formidable e incluso le sirva para soltar rápidamente adjetivos como "inteligente", "profundo", "metafórico"... pero a mí me huele a mera justificación de un final excesivamente simple, que en ningún momento me impacta ni me da que pensar lo más mínimo porque todo resulta demasiado evidente (sólo queda la última reflexión de si es verdaderamente tener suerte el conservar tu estilo de vida a cambio de no ser realmente feliz... reflexión también evidente por otro lado...).

Leo en la crítica de Filmaffinity que este film posee un final que ya quisiera Shyamalan... sin ánimo de comparar a dos directores de éxito contrastado, no creo que las intenciones de ambos se puedan equiparar, porque mientras uno busca el giro de guión (no siempre conseguido) y el final sorprendente (¿intención comercial? ok, aquí no discuto eso); Allen EN ESTE FILM busca la moraleja. No le veo el sentido, pues, a la afirmación...

En resumidas cuentas, W.Allen se muestra como un gran cineasta en lo dramático; sin embargo en cuánto la película da un giro hacia el thriller (dónde por cierto, Shyamalan sí destaca) ésta pierde fuerza.

Lástima de eso... en todo caso le doy un 6,5.