Esta cinta es una grata sorpresa para los amantes del cine negro. Este género ha ido mutando y transformándose con el paso de los años, desde su época dorada de los 40 hasta mediados de los 50. A mitad de los 70 el prototipo era el tipo duro, con un humor socarrón y de gatillo fácil, esta película protagonizada por Charles Bronson es un tanto atípica para la época. El bueno de Ives es alérgico a las armas(aunque al final no le quede mas remedio que tener una), vacila con la guapa de turno (aquí Jacqueline Bisset) haciéndose el duro ante las insinuaciones de ella. Una buena película, distraída, un artilugio claro en estética y música de esa década, pero con alguna novedad interesante para el buen aficionado al género.

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