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Voto de Rex Mager:
6
6,5
23.183
Drama. Comedia
A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy ... [+]
2 de septiembre de 2018
110 de 150 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que siguen la filmografía de Lee, se darán cuenta que esta última película ha conseguido un desconcertante "punto medio", diríamos entre la hierática "Malcolm X" (creo que la más conocida de sus obras) y la extremadamente socarrona "Bamboozled" (injustamente apartada y olvidada). En todo caso, en estas tres se trasluce (sin medias tintas) el tono de denuncia referido a la segregación racial (explícita e implícita) y los prejuicios negativos (aún supervivientes) en torno a la población afroamericana en los Estados Unidos.
La primera hora se pasa volando. Lee produce una serie de ejercicios visuales bastante nostálgicos sobre los setentas (coqueteando incluso con matices propios del Blaxploitation, término incluso mencionado por la activista Patrice), combinándolos con diálogos ácidos e incluso tarantinescos... Me atrevería a decir que esta es la película de Spike Lee más influida por Tarantino, sobre todo por los arquetipos exhibidos en "Django Unchained" y The Hateful Eight", aunque el propio director (y la crítica especializada) lo niegue.
Sin embargo, algo sucede ya en el clímax de la trama (cuando Adam Driver consigue exitosamente ingresar al círculo de poder del KKK, incluso poder entrevistarse con el carismático y sofisticado líder, un correcto Topher Grace). Es en ese punto como que el empuje inicial, el sarcasmo, el humor y la denuncia se desinflan estrepitosamente y ya sabes cómo va a terminar la película. Ya viendo el "documental" tramo final, dan ganas de retirarse inconscientemente de la sala de cine (Lee nos coloca imágenes televisivas, para variar, aunque es parte de su sello).
Con respecto al tema de la denuncia, me parece que el tono provocador se queda en los impactantes afiches gráficos que han acompañado al film. La trama pudo despegar y dar mucho más a los espectadores...
La primera hora se pasa volando. Lee produce una serie de ejercicios visuales bastante nostálgicos sobre los setentas (coqueteando incluso con matices propios del Blaxploitation, término incluso mencionado por la activista Patrice), combinándolos con diálogos ácidos e incluso tarantinescos... Me atrevería a decir que esta es la película de Spike Lee más influida por Tarantino, sobre todo por los arquetipos exhibidos en "Django Unchained" y The Hateful Eight", aunque el propio director (y la crítica especializada) lo niegue.
Sin embargo, algo sucede ya en el clímax de la trama (cuando Adam Driver consigue exitosamente ingresar al círculo de poder del KKK, incluso poder entrevistarse con el carismático y sofisticado líder, un correcto Topher Grace). Es en ese punto como que el empuje inicial, el sarcasmo, el humor y la denuncia se desinflan estrepitosamente y ya sabes cómo va a terminar la película. Ya viendo el "documental" tramo final, dan ganas de retirarse inconscientemente de la sala de cine (Lee nos coloca imágenes televisivas, para variar, aunque es parte de su sello).
Con respecto al tema de la denuncia, me parece que el tono provocador se queda en los impactantes afiches gráficos que han acompañado al film. La trama pudo despegar y dar mucho más a los espectadores...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El prólogo "supremacista", protagonizado por Alec Baldwin, resulta tan innecesario y vacío como la introducción que exhibió el penoso remake de Robocop (2014), donde aparece Samuel L. Jackson.
Se emplean una serie de frases "trumpeanas", que causaron reacciones hilarantes en el público. Pero ¿se ha abusado mucho de ese efectismo en otras películas que han terminado más siendo panfletos ideológicos que obras artísticas? En todo caso, ¿resistirán al tiempo esos clichés?
Me atrevo a afirmar que el personaje de Adam Driver es el verdadero personaje disruptor de la película. Es el que se enfrenta no sólo a los estereotipos de sus colegas policías, sino también contra los propios miembros del KKK (ya que también son antisemitas). Aunque su desarrollo al final de la operación de infiltraje se corta abruptamente para no dejar de lado al líder, Ron Stallworth....
Con respecto a lo último, digamos que el personaje principal (el hijo de Denzel Washington) con el paso del metraje se encasilla en el clásico personaje del director que tiene que enfrentar las injusticias del sistema con estoicismo.... y se queda ahí, como elemento previsible.
En suma, Adam Driver encadena una buena actuación, pese a ser secundario (como en "Silence" de Scorsese). Se desaprovechó el potencial del personaje de Laura Harrier, una radical activista inicial que termina plegándose a los devaneos por Stallworth.
Como se mencionó líneas arriba, el tramo documental-televisivo del final no era necesario... Con ese tipo de secuencias, Spike Lee desconfía de su audiencia: cree que no está informada, que no ve telediarios, que no está conectada a la Internet, que no es consciente de los problemas "glocales", etc.
Se emplean una serie de frases "trumpeanas", que causaron reacciones hilarantes en el público. Pero ¿se ha abusado mucho de ese efectismo en otras películas que han terminado más siendo panfletos ideológicos que obras artísticas? En todo caso, ¿resistirán al tiempo esos clichés?
Me atrevo a afirmar que el personaje de Adam Driver es el verdadero personaje disruptor de la película. Es el que se enfrenta no sólo a los estereotipos de sus colegas policías, sino también contra los propios miembros del KKK (ya que también son antisemitas). Aunque su desarrollo al final de la operación de infiltraje se corta abruptamente para no dejar de lado al líder, Ron Stallworth....
Con respecto a lo último, digamos que el personaje principal (el hijo de Denzel Washington) con el paso del metraje se encasilla en el clásico personaje del director que tiene que enfrentar las injusticias del sistema con estoicismo.... y se queda ahí, como elemento previsible.
En suma, Adam Driver encadena una buena actuación, pese a ser secundario (como en "Silence" de Scorsese). Se desaprovechó el potencial del personaje de Laura Harrier, una radical activista inicial que termina plegándose a los devaneos por Stallworth.
Como se mencionó líneas arriba, el tramo documental-televisivo del final no era necesario... Con ese tipo de secuencias, Spike Lee desconfía de su audiencia: cree que no está informada, que no ve telediarios, que no está conectada a la Internet, que no es consciente de los problemas "glocales", etc.