...pero hoy absolutamente desfasada. Los problemas que nos plantea el film, por puro domésticos y no trascendentes, están totalmente superados hoy día, por lo que en la sala donde pude verla se escucharon en más de una ocasion risitas que delataban el tremendo ridículo de esas situaciones vistas hoy día.
El film queda por tanto más como un documento sociológico y antropológico de la época y los individuos de los setenta que como un film valioso cinematográficamente.
En cualquier caso, un gran Antonio Gamero, lamentablemente doblado, y la revelación de una jovencísima Carmen Maura. Eso sin quitar méritos a quienes siempre los tienen y aquí los siguen demostrando: Saza, Mary Carrillo y Concha Velasco.
Ah! y la niña que aparece como hija de Saza-Carrillo, con el tiempo se convertirá en nuestra actual Ministra de Cultura, aunque aparezca acreditada como Angeles Sinde.