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Voto de Vivoleyendo:
10
Bélico. Drama Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarenta kilómetros. Esa es la distancia qe hay entre Dunkerque y la costa de Inglaterra. Seguro que en los días claros se puede apreciar una franja oscura en el horizonte. Cualquiera que se dé un paseo por la playa podrá observarla. Me imagino una extensión de arena suave y blanca lamida por las olas que rompen en la orilla y acariciada por la brisa marina. Al mirar alrededor, las hermosas vistas, mezcla de naturaleza salvaje y de paisaje urbano de primera línea de playa carente de grandes edificios, transmite una sensación de sosiego, de estar en paz con el universo.
Si no fuera porque sabemos qué ocurrió exactamente en mayo de 1940, parecería una playa paradisíaca como otra cualquiera. Pero el pasado está ahí, enterrado en la arena.
Hace casi ocho décadas, cientos de miles de hombres aterrorizados aguardaban una más que probable masacre en esas mismas arenas, contemplando esas mismas aguas. Casi tocando esa franja oscura al otro lado del mar que estaba tan cerca y, al mismo tiempo, tan lejos.
Esa bonita playa por la que ahora cualquiera puede pasear tranquilamente fue escenario del horror por tierra, mar y aire. Nolan lo recrea a la perfección mediante un reparto coral de lujo, del cual sólo conozco a tres actores: Kenneth Branagh, Cillian Murphy y Tom Hardy. Todos, desde los conocidos a los desconocidos, están sobresalientes.
El joven soldado británico, apenas adulto que, como otros muchos miles, lucha por su vida con esa desesperación de quien sabe que el hogar está ahí mismo y lo único que desea es llegar y dejar de sentir ese pánico de la muerte inminente.
Los pilotos dispuestos a apurar hasta la última gota de combustible de sus aviones y a sacrificarse protegiendo a las tropas de abajo.
El civil inglés de Weymouth que, en compañía de su hijo adolescente y el amigo de éste, acude con su barco a Dunkerque para prestar la ayuda que pueda.
Tres perspectivas distintas repletas de una tensión de infarto, matanza (con una estética elegante y sobria donde la carnicería no abusa de la sangre, no necesita el gore para turbar la sensibilidad del espectador), valor, cobardía o ambos (¿es cobarde quien quiere seguir viviendo?), entereza, altruismo, instinto de conservación (cuando está en juego la supervivencia, la ley de la selva se impone), resignación ante lo inevitable, vergüenza, remordimiento...
Además del excelente apartado actoral, el apartado técnico es igualmente excepcional (cien millones de dólares de presupuesto dan para mucho.) Y la inagotable banda sonora de Hans Zimmer es el acompañamiento perfecto para todas las secuencias. Imposible evocar las escenas sin esa música tensa y constante, que en ciertos momentos alcanza un clímax estremecedor.
Tan cerca de casa. Prácticamente se podía tocar.
Vivoleyendo
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