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Voto de Vivoleyendo:
8
Romance. Drama Jane Hudson, una solterona americana de 40 años, decide ir a pasar unas vacaciones a Venecia. Llega a la ciudad de los canales con la esperanza de encontrar el amor que tanto tiempo ha estado buscando. Impresionada por la belleza de la ciudad, paseando va a parar a la tienda de Renato, un encantador anticuario que transformará su solitaria estancia en una inolvidable experiencia. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2009
29 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lean tenía un toque especial para retratar los amores imposibles. Ésos que desde el principio se sabe que no pueden durar. Amores fugaces que se cruzan como un huracán y que se marchan tras haber vuelto del revés el mundo entero. Y tras los cuales, nada vuelve a ser lo mismo.
Amores que perdurarán eternamente en el recuerdo de los amantes que han tenido que tomar sus propios caminos separados.
El verano suele ser la época en la que florece el romance que se alimenta del presente, del ahora. Porque el verano se acaba cuando llega el otoño. No tiene un mañana.
Lean filmó una explosión de romance veraniego en el esplendor de una Venecia hechizada. Antigua capital de una de las repúblicas más prósperas durante siglos, acuchillada de canales, atravesada por cientos de puentes que parecen flotar en medio de un sueño, poblada por palacios de inigualable elegancia carcomida de humedad, por una curiosa mezcolanza de fachadas policromadas, rabiando de vitalidad y de movimiento, con el agua que sustituye al asfalto en una extraña simbiosis entre urbanismo y naturaleza incontenible... Venecia continuará siendo sin duda una de las principales atracciones turísticas del planeta.
¿Cuántos sueñan con pasear en góndola por los canales, con memorizar para la posteridad las impresionantes vistas? ¿Cuántos sueñan con enamorarse en Venecia? ¿O con visitarla en compañía del gran amor de su vida?
Venecia es el destino de todos los que sueñan con el verano más hermoso. De todos los que desean detener el tiempo y captar el momento más bello que puedan vivir, y retenerlo como en una fotografía.
Ese verano perpetuo que todos queremos.
Jane quiere su verano.
Ha entrado en la madurez de esas personas que no han conocido esa apoteosis de fuegos artificiales en que consiste la plenitud. Soltera, solitaria, con un trabajo monótono. Ha ahorrado para realizar su mayor capricho.
Conocer su Venecia particular. La que está reservada para ella en el verano que nunca ha vivido.
Ávida de libertad y de aires nuevos, de vistas que corten el aliento, del olor a humedad de los canales, del furioso colorido exótico, de la atmósfera sensual y distendida, del rugido de las muchedumbres que buscan algo similar a lo que ella busca, del sonido de las campanas de San Marcos, del vuelo de las palomas... Llega cargada de ilusiones, retratando los momentos con su cámara y con sus ojos deslumbrados... Y entonces, en el apogeo de la euforia... Se siente triste y sola. Ve pasar a las parejas cogidas de la mano, ve el amor brotando por todas partes... Y se da cuenta de que está más sola que nunca. Es duro sentirse poca cosa cuando se está excluido del centro del mundo. Cuando adviertes a tu alrededor el bullicio de la alegría y sabes que no estás incluido en ella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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