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Voto de Vivoleyendo:
8
Musical. Drama Austria, 1938. María es una alegre novicia que abandona la abadía para convertirse en la institutriz de los siete hijos de un militar retirado, el capitán von Trapp, viudo desde hace poco tiempo. La casa de los von Trapp funciona como un cuartel, pero María consigue devolver la alegría a los niños y ganarse su respeto y cariño. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2010
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Porque ya lo decía Mary Poppins el año anterior: con un poco de azúcar las píldoras pasan mejor.
La música puede ser azúcar que endulza los momentos amargos. Si uno está abatido y escucha o canta una canción, eso puede ser más efectivo que todas las medicinas. Nada como la música entiende las tribulaciones y los compases del corazón.
Unas cuantas notas en una escala. Matemáticas puras. Pero cómo saben camelarse las fibras internas. Son las Matemáticas más bellas del Universo.
Maria, la alocada novicia que busca un porvenir desconocido, no ha nacido para tener los pies firmemente plantados en el suelo, sino bailando al son de su melodía íntima que abarca todas las cosas. Inquieta y soñadora, no se sujeta a horarios estrictos ni a imposiciones. Para ella, el tiempo transcurre de forma no lineal, más bien algo caótica y muy poco previsible. Su manera de alabar a Dios desborda y no se reduce a oraciones sosegadas en la soledad de una celda conventual. La perspicaz y paciente madre superiora comprende que no puede contener tanto caudal de energía desaprovechada, y decide enviarla al mundo exterior, donde sus exuberantes aptitudes y arranques seguramente encontrarán los cauces apropiados, que el convento no puede darle.
Maria se dirige a la aventura. No parece reunir el perfil que se precisa para ser institutriz de siete chicos y chicas procedentes de un seno familiar que ha pasado por el trauma de una gran pérdida, y gobernado por la férrea disciplina paterna.
El contraste es grande. Maria, un huracán que no se caracteriza por su puntualidad, ni por su rigidez, ni por su carácter sereno, cae en una casa en la que a todas luces no parece que vaya a encajar. Pero una cosa sí está a su favor: los niños son niños y ella tiene precisamente lo que ellos necesitan. Música, alegría, expansión, dulzura y comprensión.
Austria se hallaba bajo el asedio alemán. La anexión al III Reich era inminente. Por muy poco patriota que uno sea, cuando un vecino pendenciero pretende allanar la casa de uno, eso no hace la menor gracia ni le vamos a dejar el camino expedito para que cometa el asalto. Cuando se siente amenazada la tierra en la que uno habita, la gente busca sus rasgos de identidad comunal, a los que aferrarse para no perder su noción de todo lo que es querido y conocido. Las canciones populares son como ese nexo espiritual con las que se identifican las personas que viven bajo determinadas características de unidad cultural.
Son la respuesta sin armas al ataque armado. Son capaces de repeler la ofensiva con una entereza y una cualidad indestructible que nunca podrá tener ni el más aguerrido de los soldados.
Los Von Trapp se agarrarán a su mundo adorado al borde de un lago de ensueño, a ese pedazo de Austria que aman y que siempre llevarán consigo, gracias a la huella indeleble de esos sonidos armoniosos y esas letras que atraviesan con más fuerza que las balas.
Vivoleyendo
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