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Voto de Vivoleyendo:
10
Drama. Romance Glen Hansard es un cantante y compositor que interpreta sus canciones por las calles de Dublín, cuando no está trabajando en la tienda de su padre. Durante el día, para ganar algún dinero extra, interpreta conocidos temas para los transeúntes, pero por las noches, toca sus propios temas en los que habla de cómo le dejó su novia. Su talento no pasa desapercibido a Marketa Irglova, una inmigrante checa que vende flores en la calle. Ella ... [+]
25 de enero de 2008
189 de 238 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que éste sea el mejor musical que he visto en mis treinta y un años. Y he visto bastantes.
Recuerdo cuando, en las Navidades de finales del año 2002, fui a Madrid para ver expresamente el musical "La bella y la bestia" en el teatro Lope de Vega, que tanto éxito estaba cosechando. Nunca se me olvidará la sensación de maravilla que me invadió durante toda la representación. Fue como volver al misterio de la infancia, a aquellos años dorados en los que yo creía que existía el polvo de hadas y de estrellas que transformaba el mundo en el escenario de un cuento sin fin.
Pues así he vuelto a sentirme viendo "Once".
Ningún otro drama (o comedia) musical ha atrapado mis fibras como si supiera exactamente cuáles tenía que tocar para extasiarme. Como esos músicos que componen y tocan por puro instinto, que sin que nadie les enseñe saben pulsar las cuerdas o las teclas precisas, "Once" va directo a mis cuerdas y mis teclas y obtiene de mi alma una melodía que yo ni siquiera sospeché que estuviese ahí.
"Once" es más que un musical. Es la vida escrita en partituras e interpretada bajo los sones de una guitarra y de un piano y las voces dulces de dos personas repletas de luz. Es el amor que nunca se podrá expresar con palabras y que jamás será tan bello como cuando fluye a través de una canción. Es el desengaño diluido en magia. Es uno de los medios más hermosos de remontarse hasta el cielo, de abarcar el océano y caminar sobre los rayos de la luna.
Mientras yo bebía cada escena y escuchaba con veneración, sentía que el don de la música es un milagro. ¿Quién puede sustraerse a su embrujo? Yo, que no sé tocar una sola nota, quisiera ser capaz de acariciar las teclas de un piano y extraer de ellas sonidos que trasciendan las barreras del mundo. Sonidos con los que tocar la eternidad, aunque no sea más que un sencillo e insignificante ser mortal. Tal y como ellos, los protagonistas de esta historia, lo hacen sin esfuerzo.
Me he enamorado de esas personas consagradas, tocadas por la musa Euterpe. Esas personas corrientes que, en los húmedos días de Dublín, convierten la cotidianeidad en prodigio.
¿Y qué mejor hechizo existe para un amor naciente que una banda sonora de primera mano, de la que los propios enamorados son los artífices? ¿Puede ser suficiente tal hechizo para unir para siempre dos almas lastimadas?
Bellísimo, sublime drama musical cotidiano que nos conduce por las calles de Dublín y las historias sencillas que laten en ellas. Que nos muestra la rutina de unas personas que no han abandonado sus sueños. Que pone divertidas sonrisas en nuestros rostros y nos llena de esperanza.
Y una de las mejores bandas sonoras desde que el cine existe.
Vivoleyendo
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