Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
7
Comedia. Drama Christine (Saoirse Ronan), que se hace llamar "Lady Bird", es una adolescente de Sacramento en su último año de instituto. La joven, con inclinaciones artísticas y que sueña con vivir en la costa Este, trata de ese modo encontrar su propio camino y definirse fuera de la sombra protectora de su madre (Laurie Metcalf). (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2018
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la obra de todo artista siempre hay elementos autobiográficos. Porque, ¿quién puede sustraerse a representar lo más cercano, lo que más se conoce? ¿Cómo se puede separar lo que uno es de sus creaciones? Dudo que se pueda hacer eso.
Christine McPherson es como una Greta Gerwig adolescente. Oriunda de Sacramento, con un padre programador informático y una madre enfermera, y que estudió en un colegio católico. Ignoro hasta dónde alcanzan las similitudes entre ambas, y si a Greta le dio la manía de que la llamaran por un nombre tonto (en todo caso espero que no fuera “Lady Bird”, porque la verdad es que suena demasiado rimbombante para una muchacha. Todavía si fuera para la protagonista de una ópera...) Pero imagino que, como tantos adolescentes, ella tendría esa mezcla extraña entre entrañable e irritante, entre insegura y rebelde de alguien que no encuentra su sitio, que salta por cualquier cosa pero después se viene abajo cuando ve que ha ido demasiado lejos, que no se soporta a sí misma ni a nadie la mitad del tiempo, que está convencida de que su casa es un asco, de que su barrio y su ciudad son un asco, que su vida es un asco y que todo iría mejor si pudiese estar en otra parte, si la admitiesen en una universidad en la otra punta del país, lo más lejos posible. Ignoro si su vida social estuvo llena de tropiezos y altibajos, con alguna que otra decepción, aunque me figuro que sí. Porque eso nos ha pasado a todos.
Gerwig ha logrado un frágil equilibrio entre reflejar con sensibilidad, ironía y nostalgia una etapa tan complicada como la adolescencia y hacer que veamos a Christine McPherson como alguien único y peculiar, no simplemente como a la típica jovencita petarda e insoportable.
Christine McPherson es un pajarillo que ha crecido y el nido se le ha quedado muy pequeño. A punto de alzar el vuelo, deseando lanzarse desde el borde con su plumaje desgarbado, desoyendo las advertencias de la madre pero al mismo tiempo valorando con reticencia sus opiniones como las de nadie más.
El segundo y potente eje de la película es la difícil relación entre madre e hija. Marion siempre ha sido dura y exigente con Christine. Quiere que se convierta en la mejor versión de sí misma que la chica pueda alcanzar. Seguramente es eso lo que todas las madres quieren para sus hijas. Pero Christine es joven e impaciente y no tiene claro qué versión de sí misma quiere ser. Ahora cree que le gustaría ser actriz, para cambiar de idea cuando de repente el teatro deja de interesarle. O insinúa sin mucha convicción la idea de inscribirse en la maratón de matemáticas, hasta que incluso su mejor amiga, Julie, la hace desistir recordándole que las mates no se le dan bien, un pequeño inconveniente que no ha heredado de su padre.
Caminando sobre espinas entre el amor recíproco y la tensión provocada por sus fuertes diferencias (la madre es el “poli malo” de la familia), así como por la precariedad de la economía familiar, ambas desarrollan el arco más trillado y hermoso de la película, el de la relación maternofilial, paralela a la igualmente conmovedora paternofilial. Esas son las verdaderas historias de amor de “Lady Bird”. Las únicas en las que se puede apoyar cuando todo lo demás parece derrumbarse. Cuando sus primeros ligues le salen rana y se da cuenta de que volar del nido es muy duro.
La adolescencia es una etapa en la que los momentos más importantes suelen desperdiciarse por la torpeza y las prisas, por despreciar lo que se tiene creyendo que la casa del vecino es más bonita, por desear estar en otra parte que no tendrá comparación con la tediosa Sacramento.
El primer vuelo del pajarillo es inseguro, con aleteos toscos, a punto de precipitarse contra el suelo o contra cualquier obstáculo. No es nada elegante ni grácil y debe de dar mucho miedo. También es emocionante y vertiginoso. Los siguientes mejorarán, cobrarán seguridad y experiencia.
Pero nunca habrá otro primer vuelo.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow