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Voto de Vivoleyendo:
8
Drama Peter Egerman (Robert Atzorn) comete un horrible crimen: viola y estrangula a una prostituta. Del caso se ocupa el psicoanalista Mogens Jensen (Martin Benrath), pues él ya le había confesado en su consulta su deseo de asesinar a su mujer. A través de una investigación policíaca narrada en forma semidocumental, se va reconstruyendo el inquietante retrato del asesino, un hombre frustrado, sobre todo por el fracaso de su matrimonio, cuya ... [+]
17 de septiembre de 2009
53 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
7:00 Levantarse.
8:00 Ir al trabajo.
11:00 Dictar a la secretaria cartas interminables sobre monótonos contratos comerciales, o bien tratar de no perderse en el caos de pasarelas, telas y modas.
1:30 Comida apresurada en cualquier café con algún cliente, o con algún compañero.
4:00 El despacho se cae encima.
6:00 Regreso a casa. Probablemente discutir con la pareja porque habéis quedado para cenar en la elegante casona de tu madre y no es una de las actividades sociales en las que tu pareja se muera por sumergirse. O ya os habéis comprometido para salir con algún matrimonio amigo vuestro, como ya viene siendo habitual la mayor parte de las noches.
10:00 Os emborracháis durante la cena, discutís, os insultáis. Fingís que es como un juego para no asustar a los amigos, pero las frases que os decís encierran puñales camuflados. Como cada día. Como una costumbre que se ha instalado venenosamente.
12:00 Ya en casa otra vez. Hacéis el amor, o fingís hacerlo. Un amago bastante patético en el que habrá que simular algún que otro orgasmo que apenas es un débil espasmo de frustración.
4:00 No podéis dormir. Os levantáis a tomar unas copas y conversar educadamente, muy civilizadamente.
Y vuelta a empezar. Varias veces por semana, acudir al psiquiatra para que te escuche decir que estás harto de todo, que quieres a tu mujer pero deseas matarla. Revelar las mutuas infidelidades. Descubrir un instinto asesino que se agazapa entre los buenos modales, la pulcritud de la ropa bien planchada, la cortesía distante, la repetición de los mismos actos y de los mismos pequeños y mezquinos detalles. Amarla y odiarla. Amar y odiar sus gestos, su expresión, su cuerpo, sus palabras, su solicitud, su compañía.
Beber mucho. Drogarse de vez en cuando. Sentirse muy desgraciado. Asfixiado.
Y, cada vez más, el deseo de matar.
En su recurrente temática de la exploración a fondo de la vida matrimonial, Bergman destaca como uno de los grandes despellejadores de una de las instituciones más importantes de la sociedad. Y también analiza, siquiera fugazmente, algunas de las bases de los conflictos materno/paterno-filiales. Y los profundos e inquietantes pozos de la mente, esa eterna desconocida.
Cuando los anillos de la alianza se transforman en cadenas con eslabones de aburrimiento, las manos y el espíritu pesan como el plomo, y las frágiles defensas del subconsciente pueden llegar a romperse y liberar al monstruo que llevamos dentro.
Vivoleyendo
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