Es un filme bien logrado desde su estética oscura, ya que la cinta se desarrolla dentro de los interiores de un tren muy poco iluminado, donde los espacios son reducidos y el peligro está siempre latente debido a la constante amenaza de un psycho killer disfrazado del cual se desconoce su identidad.

Cinta de terror de atmósfera opresiva y escenarios sugerentes, donde un grupo de adolescentes próximos a graduarse en la carrera de medicina emprenden un viaje en tren sin saber que un peligroso maniaco anda al acecho.

Así la lucha por la supervivencia del ataque del asesino será la clave sobre la cual girará la trama de la cinta, la cual está muy bien musicalizada gracias a una banda sonora que sugiere tensión y que coadyuva para lograr inquietar junto con la oscura escenificación de la puesta en escena.

Tenemos a Jamie Lee Curtis nuevamente como protagonista en una cinta de terror canadiense de la década del ochenta. La actriz cumple otorgándole convicción a su personaje, y además, como dato curioso, tenemos la sorpresiva presencia del famoso y por entonces jovencito David Copperfield en su única participación como actor hasta el día de la fecha.
Y ya que hablamos del mago, es menester mencionar que hay varias escenas donde aparecen trucos de magia con Copperfield como protagonista.

En fin, una interesante cinta de terror desplegada en su mayoría dentro de un tren, lo cual me trajo reminiscencias de la cinta “Pánico en el Transiberiano” de Eugenio Martín.
Es un slasher donde los ingredientes principales son el suspense, la inquietud, la oscura estética, los claustrofóbicos escenarios interiores, la enervante banda sonora y algunas escenas sangrientas para darle la cuota de hemoglobina que todo slasher necesita.

Palabras claves: fiesta de disfraces, slasher, psicópata, tren, atmósfera claustrofóbica, adolescentes, road movie, final sorpresa.