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España España · Barcelona
Voto de Noa:
7
Drama Ana (Marian Álvarez) es una mujer de 28 años que se siente útil y satisfecha en su trabajo rutinario ayudando a otros. Sin embargo, fuera de su jornada laboral, Ana tiene serios problemas para relacionarse, pues es socialmente torpe, incluso agresiva, con las personas más cercanas y queridas. (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2013
117 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como película no me ha entusiasmado, pero como explicación de lo que es el Trastorno Límite de la Personalidad, me ha parecido inmejorable. Y sé de lo que hablo.

Para mí, el problema de esta película es que se ha entregado a describirnos el trastorno. Y lo ha hecho de una forma honesta y valiente, y es evidente que con un gran trabajo de documentación detrás. Afortunadamente, el realizador ha sido bien asesorado. Hay diferentes visiones sobre el TLP, algunas de las cuales ponen buena parte del peso en los factores biológicos. Otras, en cambio, se decantan por dar importancia al trauma (o traumas) sufrido por gran parte de los afectados. Titulándose La herida, es fácil adivinar dónde se ha puesto el énfasis. Esa herida, que duele tanto, llega a sangrar en un momento dado del filme. Esa herida puede explicarlo todo. O casi.

El precio a pagar por mostrarnos detalladamente el trastorno es que no hay historia, sino las descripciones sucesivas de los diferentes síntomas que conforman la patología. Y eso es lo que hace que como película no acabe de convencerme, pese a la magnífica interpretación de la protagonista y otras virtudes del filme, como la sensibilidad exquisita con la que está tratado un tema tan delicado.

Otra pega que le veo es su final. Me gustan los finales abiertos, pero en este en concreto he echado a faltar una dosis mayor de esperanza para su protagonista (y para todos los afectados por este trastorno que puedan ver la película). Por lo que leí en una entrevista, hay cierto optimismo tras la última escena, pero para mí esto no queda claramente reflejado. Yo solo he sabido ver la desesperación de su protagonista, aunque el director hable de catarsis.

¿Recomendable? Para mí, sí. Es una película que remueve, y que puede llegar a tocar ciertas heridas. Ojalá para muchas personas su visionado suponga una oportunidad para conectar con la suya propia y les decida a limpiarla un poco, porque las heridas profundas que no se curan provocan huidas salvajes hacia delante. A esa autodestrucción provocada por un dolor intolerable algunos lo llaman Trastorno Límite. Celebro que en la película no le hayan puesto nombre.
Noa
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