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Voto de crisurdiales:
4
Thriller. Ciencia ficción En un futuro cercano en el que los recuerdos personales ya no son del todo privados, Mia (Andrea Riseborough) debe guardar un secreto inconfesable. Episodio de la cuarta temporada de Black Mirror. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2018
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sirva esta de crítica en general para toda la temporada actual de Black Mirror y parte de la anterior (es decir, del recorrido de la serie en Netflix). Considerando que me encantaron las dos primeras temporadas de Black Mirror, durante los primeros episodios de la nueva le he estado dando vueltas conscientemente a qué está fallando para que, desde mi punto de vista, la serie se haya desplomado. Este capítulo es un exponente de las conclusiones a las que he llegado:

-Para empezar, antes la tecnología era una parte base de la trama, es decir, hasta qué punto un avance tecnológico LIGERAMENTE mayor a lo que tenemos hoy en día podía desencadenar una distopía social casi apocalíptica. En los nuevos episodios, la tecnología es prácticamente un McGuffin. Cambiesé en este episodio la máquina que se utiliza por cualquier otra movida, como cámaras de tráfico o similar y el resto funcionaría prácticamente igual.

-Mientras que anteriormente la trama y sus implicaciones eran sutiles y te dejaban pensando, ahora son un martillo pilón con el que te golpean en la cabeza. Con una buena dosis de moralina, además. Lo mismo sirve el evento que desencadena este episodio que prácticamente la totalidad de Arkangel como muestra. Yo se que la industria norteamericana tiende a sobreexplicarlo todo, probablemente de cara a que hasta el público más cenutrio no pueda tener duda alguna de lo que está pasando, pero en esta serie dejar pensando al espectador era parte integral del disfrute.

-Por último, los guiones se han vuelto super-previsibles. Incluso cuando no te revelan la clave relativamente pronto, como en el episodio de Star Trek, es raro que alguien llegue al ecuador del episodio sin tener perfectamente claro cómo va a terminar. Recordemos por ejemplo episodios gloriosos como Oso Blanco o retorcidos como el Himno Nacional, donde por más que ves por donde van las cosas no sabes donde van a acabar.

No es que la serie se haya vuelto malísima, aunque para mi algunos episodios como este me han resultado bastante aburridos. Su principal problema es que se ha vuelto una más. Y eso, partiendo de donde partió, no tiene perdón.
crisurdiales
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