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Voto de crisurdiales:
4
Serie de TV. Terror. Thriller. Drama Serie de TV (2018). 6 episodios. En 1994, un bebé desaparece misteriosamente en un pequeño pueblo de Gales. 23 años después, la joven y talentosa chelista Matilda Gray ve cómo su vida se tambalea tras el inexplicable suicidio de su madre. Descubre pruebas que conectan a su madre con el caso del bebé desaparecido. Afligida, Matilda empieza a hacerse todo tipo de preguntas, lo que le lleva a embarcarse en un viaje a Gales en busca de ... [+]
9 de abril de 2018
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una lástima, pero no funciona. Para una vez que le meten mano a una trama Lovecraftiana en Netflix, la acaban reventando con florituras de director y ejercicios de estética que lo único que hacen es distraer de lo importante y alargar interminablemente la trama. Y la cosa es que esta vez la trama daba de si, pero no de esta forma.
El resumen ejecutivo es el siguiente: tras el suicidio (un tanto rarito) de su madre, una chelista (lo del chelo debe ser porque queda glamuroso, porque por lo demás da bastante igual) decide ir a un pueblo perdido de Gales a investigar qué tenía que ver su madre (y, ya puestos, ella) con el pueblo. Y de paso se lleva a su amigo y compañero músico pagafantas. A tres semanas de picar billete para Nueva York para la oportunidad profesional de sus vidas. El caso es que cuando llega allí, se encuentra en medio de un entierro: al parecer lo de los suicidios es contagioso. La cosa no le viene mal porque aprovecha el contubernio para colarse de gorra en casa del heredero del difunto durante el resto de la serie como si de un AirBNB se tratase. Y él no la pone en la calle de una patada a pesar de que se porta como una histérica y una borde durante seis episodios. Será porque es australiano o porque (según repiten 200 veces en la serie) está buena. El caso es que enseguida se convence de que su historia está relacionada con la de una cría de 4 años que desapareció 23 años atrás. Tan convencida está que se pasa por el forro las recomendaciones de la jefa de policía, los médicos y, en general, medio pueblo y se dedica a perseguir y acosar a todos los que cree que pudieron tener algo que ver con el evento. Ahí, de buen rollo.

El caso es que, aparte de que la protagonista te pueda caer como una patada en la rabadilla o no, la trama tiene los suficientes elementos distintivos para ser interesante y los toques sobrenaturales que van metiendo están muy en la línea del terror de Lovecraft y su camarilla. Podría haber salido algo bueno ... pero no. En mi opinión, el problema es que el desarrollo es muy lento y desengancha y además sigue el formato que yo llamo "terror de postureo". Pongamos por ejemplo que quiero rodar una escena que tiene que ser entre misteriosa y terrorífica. Pues bien, arranco con traveling por una zona monótona de una ciudad cualquiera, pero vacía, como cuando vuelves de madrugada a tu casa o te levantas demasiado pronto a comprar el pan. Para darle emoción, ponemos un papel que se lleva el viento y lo grabamos todo con esa luz que no sabes si es un recurso estilístico o se equivocaron y pusieron la cámara en modo blanco y negro. De fondo, ponemos una música rara, así entre sinfónica y el niño del vecino de arriba está aprendiendo a tocar el violín. Dejamos esto 5 minutos para que el televidente se raye y entonces, primer plano de alguien normal en silencio haciendo algo totalmente habitual, pero que es clave para la trama, en plan, no se, mirando el agua caer de un grifo abierto. 5 minutos más, y el individuo(a) empieza a ponerse nervioso y a mirar aquí y allá. Golpe musical que no sabes si es la banda sonora o lo está oyendo el de la tele, porque, desde luego, se gira y te mira con horror y fundido en negro. Y después, una escena distinta donde el interesado acaba muy muerto y no tienes ni idea de por qué (ni tú ni a veces, desgraciadamente, los guionistas). Luego te queda relacionar esto con los protagonistas, así en plan de pasada, porque supuestamente también son gente normal. Por ejemplo, el tipo fue a tercero de ESO con la protagonista y le explicaba las matemáticas. Y ya está, acabas de sentar el ritmo de una película que podrías contar en hora y media pero vas a desarrollar en 6 episodios de una hora. Es triste, porque aquí había argumento para haber rellenado bien los episodios (y de paso haberle dado más peso a los secundarios, que la protagonista es un poco cansina), pero nada de nada.
crisurdiales
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