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Voto de Imagomundisblog:
8
Drama El periodista Brad Sheridan (Ray Milland) y su esposa Midge (Gene Tierney) no pueden tener hijos. Midge se inclina por la adopción y se somete al igual que su marido a las rigurosas exigencias de las agencias de adopción. Cuando se entera de que un niño ha sido abandonado en una comisaría de policía, Midge solicita la custodia, pero Brad se niega a secundar los planes de su mujer mientras no averigüe algo sobre los padres de la criatura. (FILMAFFINITY) [+]
8 de abril de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olvidadísima película, que entre las muchas virtudes que la acompañan, además del reparto, dirección o guión se hallan el metraje exacto. Minusvalorada por la edulcorada visión de un matrimonio en busca del hijo que no pueden tener y el melodrama que supone de la adopción de un bebé abandonado.
La principal virtud es a mi entender tratar el tema de "modo noir", es decir tras el trasfondo principal hacer una investigación casi criminal, que acaba encontrando al culpable. Habrá quien se quede con el pastel, o con lo ácido de la crítica social moral que claramente propone la historia. Yo me quedo con los dos. Muy buena.
William Keighley, tan olvidado como sus películas, algo inmerecido, pero claro yo no soy Truffaut ni Godard, fue un americano, que se codeó con la crême en los años 30 y los 40, Cagney, Bette Davis, Errol Flyn... y con bastantes películas destacables ("La calle sin nombre", "Agente especial", o "El hombre que vino a cenar"), no ha tenido la suerte de otros de ser considerado un genio a reivindicar. Así que dos años antes de retirarse definitivamente y aún en plenitud con su bella esposa en Paris, hizo esta película.
La ternura de Gene, sigo insitiendo cada vez que me pregunta el espejito mágico, en que es para mi gusto, la más bella de entonces. Y aquí me parece real como si no interpretase. Recordemos su triste final y enfermedad mental. "Desnortada", y con la mirada perdida en una dulzura infinita llevará el peso del amor por su hijo deseado y el amor por su marido (Ray Milland) obcecado en la búsqueda de los verdaderos padres , en un equilibrio de dolor. Todo, en su poderosa jaula de bienestar, casa acomodada y auto último modelo. Los ricos también lloran, se llamaba una serie. Tierna de otros mundos, los clásicos, Gene Tierney se erige en campeona del sacrificio y caemos rendidos a sus batas blancas escaleras abajo con el rubio bebé de ocho dientes.
Imagomundisblog
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