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Kirguistán Kirguistán · Bishkek
Voto de Esteban Belén:
7
7,8
8.095
Documental Tras el golpe de estado militar de 1965, el general Suharto ocupó el poder en Indonesia. A continuación llegó el genocidio: miles de comunistas, reales o presuntos, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte indonesios. Unas décadas después, se les pide a dos de los más sanguinarios mercenarios de la época -ellos se hacían llamar "gángsters"-, Anwar Congo y Herman Koto, que participen en una película en la que recreen los ... [+]
2 de septiembre de 2013
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El documental elige una forma extraña de abordar el asunto.
Resulta original y también arriesgado, pues renuncia a ir al grano y a dedicarse a recoger la máxima información que proporcionarían los testimonios de los asesinos filmados al estilo del documental tradicional.
Tarda en ensamblar todos los elementos, pero, cuando los ha dispuesto, las escenas culminantes tienen toda la fuerza de ese aparentemente perdido montón de datos que, bien mirado, es accesible a través de otros medios.
Difícilmente se lograría el efecto de los diálogos espontáneos de los violadores y torturadores o de la escena de la masacre en la aldea de otro modo. Ahí el director maneja el material con maestría, convirtiendo mediante argucias narrativas la recreación en más real y terrorífica que cualquier testimonio. Las escasas luces de los sicarios también ayudan, pues creen estar haciéndose una propaganda beneficiosa y hablan con toda la familiaridad y franqueza del inconsciente o del imbécil, dejándose filmar incluso en plena extorsión.

Por todo ello tal vez no deba abordarse tanto como un documental histórico y sí más como un retrato de la maldad y de los asesinos (de algunos de ellos, pues los instigadores últimos quedan a salvo y son los matachines quienes dan gustosamente la cara).
Esto le permite un planteamiento estético mucho más rico que una convencional entrevista. Es difícil describir lo bizarro y lo elaborado de algunas escenas que logra incluir sin desentonar en una narración de naturaleza tan oscura, o la extraña inventiva de otras escenas, como la del abuelo presenciando el vídeo con sus nietos.
Hay que darle su tiempo y entender lo que ofrece.
Desde luego hace pensar en la ardua labor de higiene que tiene por delante Indonesia, en pleno crecimiento, con organizaciones paramilitares como ésta de 3 millones de miembros.
Esteban Belén
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