"Batman Ninja" tiene una estética poderosa, bien acompañada de unos efectos por ordenador que habrían resultado impensables hace poco menos de una década. Ya los títulos de crédito demuestran mimo por parte del equipo dirigido por Junpei Mizusaki, poniéndonos en situación de inmediato, dando un prólogo brevísimo que acaba, sin muchas explicaciones, con los héroes y villanos de Gotham viajados al antiguo Japón feudal.

La propuesta del argumento se antoja fascinante. Poison Ivy, Deathstroke, el Joker y otros señores del crimen de Gotham tardan poco en hacerse fuertes en un castillo, amenazando con extender sus tentáculos por la isla. Naturalmente, a Bruce Wayne y los suyos nos le queda otra que formar su propio clan e intentar deterner la alteración histórica y las malignas intenciones.

Eso podría dar como resultado un producto más que entretenido donde, además, se hace un curioso paralelismo entre las guerras mafiosas que ya vimos en el Batman de Nolan con el atomizado poder en la fase de los shogunatos. Algunos diseños como las máscaras de los guerreros que sirven al Joker son una verdadera maravilla.

Sin embargo, el film termina desoyendo esas ocurrencias y quiere tomarse el gusto de que DC les permita hacer un anime con el personaje creado por Bob Kane y Bill Finger. Nada que objetar salvo que terminamos sumergidos en una mezcla de "Transformers", "Mazinger Z" y "Power Rangers" donde todo explota mucho y la más mínima referencia al Japón real brilla por su ausencia.

Termina siendo un buen divertimento que podría haber sido mucho más. Una gamberrada donde había recursos técnicos para hacer una auténtica obra maestra de la animación mezclando dos universos.