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Voto de Angel Lopez:
6
Comedia. Fantástico En el 9177, mil años arriba, mil años abajo -que tampoco hay que pillarse los dedos con estas minucias-, el mundo entero (y según algunos, el universo también) se ha visto reducido a un solo Edificio Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos desgraciados está José María, un tipo que decide que salvando ciertas dificultades, y mediante la venta en el Edificio ... [+]
29 de diciembre de 2018
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que los versos de un poema tengan el mismo efecto que un buen chiste solo tiene cavidad en el mundo de José Luis Cuerda. Tiempo después, el último trabajo del cineasta albaceteño, es una comedia tan absurda como su maravillosa Amanece, que no es poco, pero de temática actual. Propone una sociedad dividida: los parados, la clase proletaria, que viven marginados en un asentamiento de chabolas, apartados de los que si tienen trabajo, que viven en un edificio remoto donde impera un sistema peculiar, donde el poder supremo reside en un monarca autoritario sacado de la baraja española. Todo ello ambientado en un futuro postapocalítico, concretamente en 9177 «mil años arriba, mil años abajo», donde los barberos afeitan a lo Sweeney Todd, donde la fuerza militar está representada por una única pareja de Guardia Civiles que está formada por un veterano comandante y un yanqui que viste con falda escocesa, la marina y una pareja de nacionales, donde hay curas fachas y sanguinarios o un conserje exasperante.

La película conserva ese humor absurdo tan carácterístico de Amanece, que no es poco, en cambio, tanto chiste viejo y chascarrillo cultureta terminan por saturar, e incluso hay muchos gags que no consiguen arrancar una simple risa al espectador, no por su complejidad, quizá porque muchos resultan incomprensibles. De hecho, quien desconozca el curioso estilo del director y solo se rija por el reparto repleto de cómicos, posiblemente se espere una película para mear y no echar gota. Y no es así. Sin embargo, Cuerda tiene palos para todos, no se salva nadie.

En Tiempo después también hay tiempo para ponerse filosóficos como así lo hace el personaje de Roberto Álamo, que en modo Roy Batty (Blade Runner), suelta a su manera aquella frase «una clara referencia al cine de ciencia ficción». Y para ponerse histriónicos como el personaje de la monja salida y comunista, quien junto con un fraile franciscano tienen un gran apetito sexual. La forma de celebración de la victoria de una guerra sea igual a la celebración de una afición de fútbol cuando su equipo gana un campeonato o unas filas de soldados moros y crisitianos son algunas de las situaciones más absurdas de la película, de las que te ríes simplemente porque no entiendes el porqué. A lo mejor es que no hay pura lógica sino delirante sinsentido.

Sin duda, Tiempo después es una película muy inferior a aquella magnífica comedia absurda sobre el mundo rural. Porque Cuerda ha querido trasladar ese microcosmos a la actualidad, y creo que no funciona tan bien como podía haber funcionado. Tiempo después parece una película para que Cuerda se despida mostrando lo que mejor sabía hacer. En tiempo pasado, si. El problema es que me cuesta entrar en ella y no termina de hacerme gracia, pero si me parece graciosa, sin más. Entretiene, que no es poco.
Angel Lopez
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