Hablemos de activismo barato y lo ridícula que se ve la gente enarbolando una banderita obsoleta, intentando cambiar al mundo con un corazón de oro y buenísimas intenciones antes de meter la pata de tal manera que (por ejemplo) vota a auténticos desequilibrados después de dejarse lavar el cerebro; apoya causas absolutamente despóticas en pro de “lo políticamente correcto” y finalmente se deja llevar por las emociones en casos de extrema injusticia sólo para terminar propinando aún más injusticia a pobres inocentes.

Los ríos Mapocho y Choqueyapu son la cascada de chocolate de Willy Wonka al lado de la vertiente de caca que es el sistema legal en Estados Unidos (y prácticamente en cualquier parte del mundo). Sin embargo me parece interesante que la película muestre el lado más “normal” de una firma de abogados que no son ni de lejos la cara más oscura de la moneda, pero que obviamente no van a comprometer sus considerables ganancias por intentar evitar lo inevitable en inútiles actos de justicia social dignos de Matt Murdock.

Así es como funciona el mundo y hay que adaptarse aunque duela, aunque sea injusto pues la vida es injusta. Karma las pelotas. El protagonista lo entiende mal o muy tarde; un tipo con el que me es muy difícil congeniar pues de entrada me parece un pelotudo idealista completamente enajenado de la realidad para luego volverse un baboso irresponsable cagándola y cagándola más con cada cosa que hace.

Se supone que ésta película debería alertarnos sobre los “peligros” de renunciar a los ideales y desviarse de nuestra misión particular; de “vendernos” al sistema; de tirar al traste toda nuestra integridad a cambio del placer rápido y la vida acomodada. Personalmente no comulgo con ninguno de los dos extremos pues te exigen ser un gángster impúdico e impresentable o ser un pobre e inocente baboso haciendo berrinches que no le importan a nadie.

O…. puedo hacer lo INTELIGENTE, lo que hace la firma de la película. Entender que uno puede seguir con sus ideales pero al mismo tiempo considerar todas las opciones para poder mantener un negocio sustentable. A veces hay ceder, a veces hay que ser un poquito maleante; y a veces no hace falta ni lo otro. A veces. Mientras tanto el mundo es y siempre será de los vivos por más berrinches que hagan los justicieros sociales de turno.

Han nominado a Denzel por una condescendencia barata a las causas sociales, una especie de activismo de pacotilla y nada sutil que OBVIAMENTE ha cautivado a los miembros más progres de la Academia… o simplemente necesitaban a la siguiente "minoría" en la fila (no me siento cómodo usando éstos términos pero no sé de qué otra manera puedo comentar lo que es simplemente evidente) para llenar el espacio que le fue arrebatado de forma nefasta a James Franco (chistosa la escenita pro-empoderamiento femenino/”ya no se puede ser amable porque es machista” de ésta película). El personaje de Denzel está muy bien interpretado pero siento que sus cambios son demasiado abruptos, aunque puede ser más culpa de la historia que otra cosa.

La película “está bien”, aunque el tipo éste ha hecho Nightcrawler antes de esto así que… MAL. Se me ocurre otra película reciente que reivindica las causas sociales de la comunidad afroamericana y en general de los colectivos oprimidos haciendo simples paralelismos, sin dejar de cuestionar la ambigüedad moral de quienes se creen héroes o salvadores frente a los que en teoría son los villanos y los opresores. Y es un blockbuster hecho para vender juguetes y que vale 100000000 de estos panfletos Oscar-bait (en presupuesto, recaudación y hablando figurativamente).

And I am T’Challa.