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Bolivia Bolivia · La Paz
Voto de The Mags:
5
Intriga. Thriller Continuando desde donde lo dejó "Múltiple", "Glass" sigue los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda de la figura superhumana de "La Bestia". En la sombra, Elijah Price (Samuel L. Jackson) parece emerger como una figura clave que conoce los secretos de ambos. Secuela de "El protegido" y "Múltiple", de M. Night Shyamalan. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2019
23 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claramente hay dos tipos de personas entrando a ver Glass:

1.-Los que recién vieron Unbreakable después del final de Split, como quién se pone al día después de ver Avengers.

2.-Los que han visto Unbreakable antes (mucho antes incluso) que Split y que las películas de superhéroes fueran el fenómeno mediático de hoy.

El contexto me parece importante en la apreciación cinematográfica de las películas de nuestro adorable Shyamalan. Claramente no es lo mismo ver Unbreakable en el 2000 que en el 2017. En ése entonces toda la mitología comiquera era simplemente el apoyo y el complemento para narrar un thriller dramático y fantástico donde un hombre común descubría que era un superhumano para dar paso a la magistral revelación inesperada marca de la casa que termina de atar todos los cabos en una narrativa particularmente inspirada y creativa.

En 2017 todavía se puede apreciar la película por lo que es, pero es importante tener en cuenta éste contexto. Si no, la película es disfrutable de la misma forma que Kick-Ass o Deadpool son disfrutables: auto y meta referencias. Básicamente hacer un ejercicio de “auto-pandering” donde la película agrada más por diseccionar las maneras de los comics que por la historia como tal.

Dicho de forma más corta: en 2017 el descubridor de Unbreakable probablemente la ve como “una más” de las 10000000 que salen al año.

Y básicamente eso es lo que está mal en Glass. Shyamalan ha convertido la oportunidad de una sola vez en la vida en “una más”.

Y eso me lleva a la segunda cosa que está mal y que al igual que el contexto, se está ignorando convenientemente: M. NIGHT SHYAMALAN.

De repente Shyamalan ya no es el dueño de una filmografía peculiar como pocas. Donde una de mis películas favoritas de todos los tiempos como El Sexto Sentido se codea con clásicos indiscutibles del cine-caca como The Happening, After Earth o The Last Airbender.

Nunca entenderé porque a la gente le gusta no irónicamente The Visit, pero parece que por esa y por Split todos los pecados y transgresiones contra el séptimo arte le han sido perdonados al punto de que uno incluso se puede dar el lujo de tener “hype”.

Y pues, la naturaleza parece ser cíclica después de todo porque Shyamalan se ha vuelto a dormir en sus laureles repitiendo una historia que ya conocemos:

Joven director indio hace obras originales genuinamente buenas y es aplaudido hasta que la platea se queda sin manos (El Sexto Sentido, Unbreakable, Split), por ahí le dicen “el nuevo Spielberg” y de repente ya no es simplemente “joven director indio”; es M. NIGHT MOTHERFUCKING SHYAMALAN, que caga oro y es absolutamente intocable.

A partir de allí NADIE puede decirle que hacer o hasta qué extremo llevar su delirio personal: Escribió y dirigió películas de recepción tan irregular como Signs, luego The Village y después Lady in the Water; donde descarta su ocasional cameo por un rol secundario en el papel de básicamente JESÚS (hay un video ensayo genial en YouTube llamado “M. Night Shyamalan And The Danger Of Ego”).

Con Glass hemos llegado hasta acá, así que es esperable que las próximas películas de Shyamalan continúen la línea tragicómica y tengamos pronto nuevas entradas en el Bottom 100 de IMDb y las listas de las peores películas de todos los tiempos.

Pero nada de esto le importa al espectador promedio, tal vez a ése que ha alzado el puño al cielo en protesta por lo que el mismo director le hizo a su serie de TV favorita el 2010 y que sin saberlo ahora le demanda una secuela en condiciones de un par de pelis “de superhéroes” que vio hace un año y poco más.

Pero para alguien que ha estado toda una vida viendo las películas de éste señor, nunca se es demasiado precavido; así que a los 10 minutos de película yo ya estaba afuera por que Shyamalan lo estaba volviendo a hacer: ser un egomaniaco de mierda intocable que cree que está por encima de todos con sus historias super-originales e inesperadas.

Y luego la película se vuelve un muermo que algunos acusan de “tener el estilo y ambiente de Unbreakable”.

Recuerdo a Unbreakable como una película donde en cada minuto se desarrollaba el arco argumental de los personajes, ya sea con flashbacks o revelaciones. Unbreakable no era Bruce Willis en estado catatónico repitiendo frases y Samuel L. Jackson prácticamente sin presencia.

Y es aquí donde está el tercer problema: Esto es más una secuela de Split que una secuela de Unbreakable y pone en evidencia a Shyamalan.

Split no tenía nada que ver con cómics o superhéroes. Split era otro thriller dramático que dependía en buena parte de la interpretación de James McAvoy. Era más auto contenido y psicológico que otra cosa. Solamente la revelación final la conectaba con Unbreakable y nada más.

En teoría una película o enfrentamiento entre los personajes de ambas películas se antoja como un ”dream match” imperdible, fruto de la mente genial de un narrador prodigio e indigno de nosotros los pobres mortales. Pero en la práctica es todo lo contrario.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The Mags
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